Tercer Día (Novela Siete Días)


7.00 hs. El Secretario de Economía acompañado por el Gerente de la Ciudad se sientan en el salón central de la Municipalidad a anunciar el Presupuesto integral de cuatro años. Diversas personalidades académicas y de las cámaras empresarias están presentes en clara muestra de apoyo a las medidas que habían conocido con anticipación.

“Hemos querido formular -explicó el Secretario- un presupuesto integral de toda nuestra gestión, previendo la inflación y también los aumentos de recaudación que esperamos lograr. Este país sigue siendo muy incierto e inestable y es muy complejo hacer política pública de largo aliento y mucho menos formular presupuestos. Pero el intendente nos ha solicitado que lo hagamos de esta manera y que lo abramos a la comunidad por un plazo de 30 días para que todos puedan hacer sus observaciones y críticas. Luego será enviado al Concejo Deliberante. Una vez que esté aprobado es nuestro compromiso atenernos de manera estricta a lo que ese presupuesto establezca, produciendo las correcciones mínimas necesarias si alguna variable no controlable se ha modificado. Con este presupuesto, y si lo cumplimos estrictamente, conseguiremos la mejor calificación de riesgo crediticio a nivel internacional lo que nos permitirá acceder a crédito a largo plazo y con muy bajas tasas de interés. Con esto podremos financiar ciertas obras estratégicas a pagar durante los próximos 20 o 30 años”

El gerente agregó algunos detalles a la explicación dada. “La comunidad va a poder participar en la definición final de todos sus detalles. “El presupuesto contempla que el 50 % de lo asignado a obras y servicios será ejecutado por el Poder Central y el otro 50 % por los distintos CPC en las obras de su zona de influencia. Lo mismo con el 50 % que tendremos como tope, por Carta Orgánica para asignar a sueldos así como lo ya anticipado por el intendente de trasladar el 50 % de los empleados de planta permanente hacia estos organismos descentralizados. En la práctica será como si tuvierámos 14 municipios en lugar de uno sólo y en cada una de estas unidades una cantidad de habitantes de aproximadamente 50 o 60 mil personas, lo que es similar a la cantidad de personas que viven en una ciudad grande con un intendente a cargo.”  

En la interacción entre ambos funcionarios no se notaba ninguna fisura. Se mostraban como un equipo compacto y rigurosamente técnico, lo que redoblaba el aval sobre las medidas que se estaban anunciando. El hecho de que comenzaran a mostrarse otras caras en los anuncios también profundizaba la idea de un equipo gestionando, teniendo en cuenta que varios medios había advertido en forma negativa sobre una cierta “soledad del intendente en sus decisiones”. 


“El intendente nos ha indicado que instrumentemos un Premio a la eficacia: la recaudación que supere ciertos estándares fijados, en cada zona de influencia de cada CPC, ese dinero extra será asignados al presupuesto descentralizado de ese organismo con una pauta de crecimiento año a año. Esto lo hacemos para alentar que los funcionarios elegidos en cada CPC se comprometan a incentivar a los vecinos de su zona a que paguen los impuestos, así logran recibir este extra.”

8:00 hs El intendente ingresa a una sala de prensa que se ha montado finalmente con un discreto panel azul al fondo y el logo de la Municipalidad impreso en blanco, para poder hacer todos estos anuncios sucesivos sin tener que habilitar cada dos por tres el salón central.

“Buenos Días. Quiero anunciar que desde el próximo mes los contribuyentes municipales tendrán la posibilidad de dirigir el 5 % del pago de sus impuestos y tasas municipales a instituciones de la Sociedad Civil de nuestra ciudad. Estoy hablando de ONGs, asociaciones civiles y religiosas, fundaciones, clubes deportivos, parroquias, etc que estén inscriptas en sociedad de personería jurídica con todos sus balances y cuestiones formales al día y que además posean una cuenta abierta en un banco. De esta manera estamos comenzando a corregir la distorsión que se ha producido en las últimas décadas, en las que todo se espera del Estado y no se alienta la acción organizada de los ciudadanos y particulares. Ahora las instituciones dejarán de mirar a los ministerios y secretarías en busca de subsidios y aportes del Estado y deberán concentrarse en convencer a la gente que están haciendo las cosas bien, para ser elegidos como depositarios de ese 5%. Estamos hablando de más de 150 millones de pesos que irán directamente a financiar los proyectos de bien común de la comunidad. Sueño con una ciudad que dependa menos de la municipalidad y de sus políticos y más de su gente y las iniciativas que surjan de abajo hacia arriba.” Durante un momento, Martín se había salido del personaje austero y extremadamente concreto que estaba construyendo y había lanzado unas palabras sobre lo que en el fondo lo inspiraba.      

Pero había llegado la hora de comunicar también las medidas difíciles. “Por otro lado quiero comentar que en el día de hoy he dado al orden de poner fin a cualquier tipo de subsidio parcial desde las arcas municipales al servicio de transporte ni a cualquier otro servicio. Las empresas ajustarán sus tarifas sólo en el porcentaje en que dejen de percibir estos subsidios. Entiendo que esto es una medida antipática para los cordobeses y sobre todo para los que sólo pueden moverse a través del colectivo, pero todos tenemos que hacer un esfuerzo en este intento de reorganizar la municipalidad. Para las personas carentes de recursos -pobres o indigentes- se le expedirá un carnet especial que le permitirá viajar con tarifa especial. Sólo los ancianos y los discapacitados podrán viajar en forma gratuita. Los automovilistas también deben acompañar esta medida, porque además no queremos que todo el mundo vuelva a sacar sus autos de los garajes y colapsen la ciudad. Pero estas medidas las profundizaremos recién en los próximos días”         

El último anuncio no era menor. El boleto de colectivos subiría un 50% por lo que se trataba de la primera medida impopular tomada por el intendente. En las radios y las redes sociales se comenzaron a escuchar las primeras críticas. “Querían de intendente a un facho? Ahí lo tienen” escribió en su twitter el principal candidato que rivalizara con Martín en la última elección. Un error, pues, por cada una crítica al intendente, se dispararon 100 críticas a él. Tanto es así que a la hora, borró su posteo.           

10:00 hs El intendente recibe en su oficina a un empresario importante de la hotelería, quien había sido su principal aportante en la campaña. “¡Qué bien Martincito! Todo lo que estás haciendo. Da gusto haberte apoyado desde tus inicios. ¡Estás haciendo una verdadera revolución!... vengo a verte por un tema particular. Ayer anunciaste que dejabas en stand by todas las aprobaciones que no cumplieran con las ordenanzas mientras el Foro de Políticas Públicas no formulara una normativa unificada y ordenada. Yo estoy de acuerdo que tenemos que tener un marco de transparencia y previsibilidad. Pero con esta medida quiero que sepas que nos has hecho un hueco y todo el sector está super preocupado y me han pedido que te venga a ver personalmente para que reveas esa medida. ¡Estás poniendo en jaque muchos miles de puestos de trabajo, Martín! En mi caso la semana que viene estábamos largando la preventa de los cuartos del hotel que proyectamos sobre la avenida Rafael Nuñez. No te estoy pidiendo nada raro porque se que no lo aceptarías. Pero sí te pido que apliques esa medida de ahora en más, pero que lo que ya está aprobado, no le pongas un freno porque imaginate el daño que hace eso a la seguridad jurídica y a búsqueda de inversiones… Acordate que con la anterior gestión habíamos acordado que el hotel podría hacerse con una altura por sobre la norma a cambio de construir una escuela municipal nueva y arreglar otras cuatro que están destruidas. Me parece que es un aporte concreto e importante como para subestimarlo por un exceso de formalismo…”

El intendente escuchó el pedido inmutable, pero en su rostro se veía cierta tensión. “Mirá Carlos, si por algún motivo creíste que por apoyarme ahora tenés derecho a pedirme excepciones te estás equivocando. Te recuerdo que todo lo que me acabas de decir está grabado por aquella cámara que he instalado, ya que todas las audiencias conmigo están siendo públicas. Lo decidido, decidido está. Ordená tu negocio de tal manera que puedas ajustarte a la nueva política que estamos instrumentando. Y si vuelvo a recibir algún tipo de presión como ésta, quiero que vos y todos los del sector sepan que voy a enviarles una legión de inspectores para que revisen con efecto retroactivo todos los proyectos aprobados en los últimos cinco años para confirmar que cumplen con lo que dicen las normas. Y si encuentro algún incumplimiento aplico el artículo que me habilita a demoler la construcción entera…”

“Sos un pelotudo que se te ha subido el poder a la cabeza, dijo el empresario mientras se levantaba de la silla. Así vas a terminar, te lo anuncio. Rapidito, rapidito…” cerró la puerta y se fue.

“La puta madre que los parió -pensó el intendente ofuscado para sus adentros- Cada uno que se vaya de esta oficina, lo hará puteándome, carajo!”

Mientras el empresario salía por la puerta de Cañada del Palacio Municipal, en la televisión y en las radios, se repetía el video y el audio de lo que acababa de suceder y de las amenazas.   

11:00 hs El Secretario de Infraestructura ingresa a la Sala de Prensa, con gotitas de sudor en su frente y nervios manifiestos. “Hablar ante el público no es mi fuerte, Martín. Yo soy ingeniero. Liberame de tener que hacer los anuncios yo. Hacelos vos o que lo haga Ricardo, por el amor de Dios”. Los flashes lo dejaron casi ciego. Se acomodó la corbata y empezó su declaración, leyendo en un papel.

“Se anuncia la licitación de la recolección y tratamiento de la basura en Córdoba que ahora está siendo gestionada en forma precaria por empresas que operan con un plazo limitado que ya se ha vencido. Desde Julio próximo el servicio será brindado en toda la ciudad de Córdoba por una sola empresa, para lograr que esa escala nos permita abaratar costos. Desde el primer día esa empresa trabajará con la imposición de la separación de residuos en la recolección (vidrio, papel, plástico) y el reciclado correspondiente. Los móviles que recolecten la basura tendrán que ser adaptados para subir en la misma acción lo que se puede reciclar y lo que no.”

“Los vecinos que no cumplan con esta separación en domicilio luego de los primeros 30 días, serán apercibidos y multados.”

“Una novedad importante que debo transmitirles es que el sistema desde Julio recolectará cada 48 hs y no cada 24 hs como es ahora para ahorrar recursos y destinarlos a un efectivo procesamiento y reciclado. En el 40% de las calles de Córdoba, la recolección sólo se hará en las esquinas por lo que les pediremos a los vecinos que trasladen sus bolsas a los conteneiners separados que pondremos en cada intersección. Sabemos que esto es un sacrifico grande que le estamos pidiendo, pero -como ya ha dicho el intendente- todos tenemos que hacer un pequeño esfuerzo.”        

El secretario tomó aire y prosiguió: “La Municipalidad entregará los fondos que se ahorren en cada barrio, por la colocación que hagan los vecinos en conteiners especiales (facilitando la recolección), a los mismos vecinos para que decidan en qué gastar ese remanente.  
Se establecerá un sistema de severas multas para los vecinos que no cumplan con la normativa de separación de residuos y horarios para sacar la basura. También multaremos a aquellos transeúntes o conductores que arrojen basura en la vía pública como así también a los propietarios de terrenos baldíos que no los limpien periódicamente.”
Se estaba tomando la segunda medida antipática para los vecinos en un mismo día. ¿Estarían dispuestos a acompañar los cordobeses semejantes decisiones que afectaban su bolsillo en el caso del boleto y su vida cotidiana?
“Para terminar quiero comunicarles que el intendente y yo hemos firmado un decreto por el que se prohíben desde el próximo mes la utilización de bolsitas de polietileno en los supermercados y negocios en todo el ejido de la ciudad. Los empresarios y comerciantes deberán producir las adaptaciones en sus negocios para poder entregar bolsas reciclables o facilitar la compra de bolsas que puedan llevar y traer sus clientes. También seremos inflexibles en la auditoría del cumplimiento de esta decisión.” 
“Desde esta noche, verán nuestra campaña de difusión “Córdoba: yo te cuido” especialmente dirigida a niños, adolescentes y jóvenes con explicación y concientización sobre el mecanismo para procesar la basura y tirarla en su lugar.”
Ya completamente transpirado (con marcas de transpiración incluso debajo de sus axilas y en la espalda) el secretario dejó la sala. “Fue un parto de nalgas le dijo a un colaborador en el baño, mientras se secaba con papel higiénico la frente. Si tengo que ser yo el que hace los anuncios, no voy a durar ni 30 días en este cargo.”
Las mediciones minuto a minuto que había ordenado el intendente, daban una baja en el apoyo de la opinión pública que había descendido a un 70% luego de las últimas medidas. “Es una baja importante” señaló el consultor encargado de hacer las encuestas. “Si la tendencia se consolida en poco tiempo estaremos en problemas”. “Sigamos mientras no crucemos el umbral del 50%” insistió con su tesis el intendente.
En el pasillo a su oficina, un grupo de pastores evangélicos lo aborda y le pide si los puede atender sin audiencia. “Por supuesto, pasen, pero sí les aclaro que tengo poco tiempo porque hoy tenemos una agenda muy cargada” explicó. Esto era real, pero también era un salvoconducto por si acaso la visita se volviera interminable, lo que podría ocurrir, según su experiencia de tratar con estos dirigentes religiosos.
“Queremos hacer una cadena de oración conjunta sobre usted y con usted, para que Dios lo proteja, en este momento en el que está tomando decisiones tan difíciles. ¿Acepta?” “Acepto” respondió el mandatario. Inmediatamente todos los pastores impusieron sus manos sobre su cabeza y comenzaron a orar en voz alta, cada uno agregando una petición y un agradecimiento por él, su familia, su trabajo y su vida. Por un momento se sintió acompañado por lo trascendente y se relajó.
“¿Tiene un minuto más intendente?” preguntó uno de los pastores más jóvenes. “Nos gustaría además de orar por usted, pedirle que nos exima de pagar impuestos municipales así como actualmente ocurre con los templos católicos. Nuestros templos, aunque son en muchos casos galpones y lugares informales, también son lugares de Dios igual que las iglesias católicas.
El pedido le produjo cierta incomodidad, por el abrupto aterrizaje a lo terrenal, aunque no lo sorprendió. “Es justo lo que están pidiendo. Pero como he dicho públicamente todos tenemos que hacer un esfuerzo por lo que les propongo lo contrario. Desde el mes que viene comenzaré a cobrarles impuestos municipales a las iglesias católicas.” La contrapropuesta no satisfacía para nada las expectativas de los pastores que en algunos casos no dejaron disimular su fastidio con la respuesta.
“De todos modos, van a poder aprovechar fuertemente el anuncio que acabamos de hacer en el que sus feligreses y también los de la iglesia católica y demás cultos, podrán aportar a sus respectivas iglesias y cultos hasta el 5% de sus impuestos municipales a vuestras instituciones. Nosotros cobraremos ese porcentaje y automáticamente se lo asignaremos a sus cuentas respectivas. Eso puede ser un torrente de ingresos si se ponen en campaña”.
La idea cambió completamente la actitud de los pastores que se entusiasmaron con esa posibilidad. “Si cada uno de nuestros seguidores nos diera diez pesos de sus impuestos hacemos una revolución bíblica! Acotó el pastor que más rápido había sacado las cuentas.” “Bendiciones, intendente” “Dios los bendiga a ustedes” devolvió Martín.
12.00 hs Cuando estaba ingresando al Salón central un colaborador le acerca unas fotocopias de repercusiones. “Los partidos de izquierda ya están convocando una marcha para hoy a las 18 hs para repudiar el aumento del boleto y las otras medias que has tomado hoy” le informó. “Hay un artículo del ex candidato peronista Javier, que compitió con vos, que ha tenido una importante repercusión en las redes que titula: “Está claro que Martín no toma el bondi todos los días”. “Te pido que le indiques al vocero, que anuncie que desde mañana vendré a trabajar todos los días a la municipalidad en colectivo” ordenó el intendente. “Es una boludez eso, Martín. No te metas en más quilombos de los que ya tenés. Cómo vamos a garantizar tu seguridad en un ómnibus cualquiera de línea? Vamos a tener que subir 50 guardia espaldas? El intendente lo pensó por un momento. “Está bien. Dejalo así, no le digas nada”
Mientras ingresaba al salón otro colaborador subrayó: ”es la primera vez que lo veo a Martín aceptar una idea distinta a la que tenía y recular!”
El intendente se sentó al lado de su “Secretario de Servicios”, pero esta vez permanecería callado dejando que sea él el que tenga el protagonismo. Al tener sólo 5 secretarios para gestionar todas las áreas de la municipalidad, cada uno tenía a cargo un verdadero mundo de problemas. El gerente de la ciudad estaba funcionando bien, aunque se notaba claramente las dificultades que estaba teniendo por intentar manejarse con los mismos criterios que en una empresa, en este caso en un organismo tan complicado como la municipalidad. “Le han pegado más piñas a este gerente que a “maravilla” Martinez” bromeó una ordenanza que había servido café abundante en todas las oficinas en los últimos días al calor de los anuncios. 
El Secretario de Servicios, a diferencia del de infraestructura era un hombre académico, de aire técnico mezclado con señorial. Su traje le calzaba perfecto y sus anteojos potenciaban aún más su perfil de hombre que lo sabe todo. Varios habían criticado fuertemente su nombramiento porque su personalidad era un tanto antipática. Pero era un hombre que tenía veinte años dentro de la municipalidad y la conocía en detalle. A la vez era un hombre conocido del intendente por lo que le tenía confianza. Sin embargo, la impronta de este funcionario no caía bien. “Si el intendente dice lo mismo, seguro que cae bien. Pero si lo dice este copetudo, ahí nomás todo el mundo lo critica” había comentado un periodista, porque lo conocía de antemano y ya lo había entrevistado.
“Buenos Días -saludó-. Continuando con este proceso de reformas que se vienen anunciando en los últimos días, es preciso hacer foco ahora en ciertos servicios que la municipalidad da hoy en día a los vecinos y desde hace muchos años, pero que no debiera, porque no son útiles para la comunidad. Son producto de una decisión que tal vez estuvo justificada en su momento por existir otros contextos, pero que ahora, ya no. Y no podemos darnos el lujo de mantener servicios que no son prioritarios.” En ese último adjetivo, el secretario había cometido un gruesísimo error. El intendente lo advirtió pero permaneció inmutable.
El funcionario continuó: “estoy hablando de las escuelas municipales que se crearon durante la gestión del entonces intendente Mestre padre en el año 83. Son 36 escuelas municipales que en comparación con las más de 600 escuelas provinciales que existen en la ciudad, no tienen ninguna justificación ni incidencia real. Somos conscientes que a primera vista puede sonar antipopular o antipático reducir escuelas cuando a todo político le gusta abrir escuelas. Pero insisto en este concepto: si hay tantas escuelas provinciales, las suficientes según nuestros estudios, dentro del ejido de la ciudad e incluso a muy pocas cuadras de donde hoy se levantan nuestras instituciones educativas municipales no es eficiente de nuestra parte destinar recursos del presupuesto a sostener estas instituciones. Por tal motivo haremos gestiones a lo largo de todo este año para que la provincia acepte que podamos traspasar estas escuelas municipales a la órbita provincial y unificar en ese nivel la competencia en materia educativa.”
La explicación había sido tremendamente mala. Y aunque lo que se anunciaba era correcto para una adecuada gestión, estaba sonando como si esta gestión cerrara todo -incluso lo esencial como la educación- con tal de que le cerraran los números. “Nos va a pegar fuerte por esto” pensó para sus adentros el intendente.
“Salvo que la Provincia quiera traspasar todo el sistema educativo público provincial que funciona en la ciudad con su presupuesto respectivo. Y entonces nosotros nos hacemos cargo de todas las escuelas que están dentro de nuestro ejido lo que en verdad sería el ideal de gestión pública. Que cada ciudad pudiera gestionar todas las escuelas de su ciudad y darle así un toque particular adecuado a su identidad y características es el ideal que profesamos como política pública. Pero como esa decisión no depende de nosotros y vemos difícil que se produzca en el corto plazo, estamos proponiendo esta alternativa de traspasar nosotros la administración de estas 36 escuelas para que sean gestionadas en conjunto con las otras 600.     
“En caso de acordar el traspaso de estas escuelas municipales a la órbita provincial, los más de 300 millones que la Municipalidad de Córdoba asigna a la gestión de dichas escuelas serán asignados a educación a través de mecanismos informales. Creemos que esta educación a través de canales informales es lo que necesitamos para educar a los vecinos -chicos pero también a los mayores- sobre normas básicas de convivencia y ciudadanía. Es decir, en campañas preventivas -fuera de las escuelas, para la población general- en cuestiones relativas a la buena vecindad, educación vial, prevención de accidentes, etc.           

“Si por el contrario, el gobierno provincial no aceptara este traspaso, intentaremos que la dirección y gestión de cada escuela municipal sea concesionada para optimizar su funcionamiento a instituciones que tengan trayectoria y experiencia en la gestión educativa, sean instituciones privadas, cooperativas de padres, organizaciones de la sociedad civil, etc Pero los que se hagan cargo, deberán buscar su propio financiamiento en un plazo de cuatro años, porque luego de ese plazo, no se financiará más desde el Estado Municipal esas instituciones educativas.”
El anuncio había caído como una bomba y en cierta medida había marcado una bisagra. A poco de terminar ya se habían levantado un sinnúmero de voces reclamando la anulación de ésta y las últimas medidas. “La marcha convocada por la izquierda para la tarde, ahora sí que va a tener gente, Martincito” le dijo uno de los hombres de confianza al oído. Y todo esto porque sos un testarudo que quiere hacer todo de golpe.”
13:30 hs. El intendente llega a Villa hermana Sierra. Había prometido durante la campaña que si ganaba sería allí el primer barrio donde volvería para agradecer. El humo de los choripanes se veía desde la entrada del barrio. La música cuartetera se escuchaba por todas las callecitas de tierra. La policía -igual que cuando vino de campaña- le había advertido que era una de las zonas más complicadas de toda la ciudad. “No podemos garantizar su seguridad allí y le desaconsejamos que vaya” le había señalado unos minutos antes el Jefe de la Policía provincial en persona. Pero allí estaba, ingresando con su propio auto y manejando él. Había decidido suprimir el chofer y el auto oficial y les había dado indicaciones a los guarda espaldas que lo acompañaran en otro auto y en forma discreta. Pero allí todo el mundo lo quería saludar, pedirle cosas, acercarle sobres con pedidos, rosarios, algún regalito, suvenir. Por lo que a poco de andar, la gente había separado un auto del otro en una distancia de unos 100 metros aproximadamente.
Apenas se bajó del auto, el líder del barrio que lo esperaba hizo una indicación y como si fuera la marcha nupcial cuando llega la novia a la iglesia. Unos potentes parlantes, alquilados o robados (quien sabe) comenzaron a entonar la marcha peronista. Y todos la cantaban con entusiasmo. Este hombre corpulento que era amo y señor de la zona, con todo lo bueno y lo malo que eso puede suponer, había trabajado durante 50 años para los dirigentes peronistas. Pero en la última elección había quedado impresionado con este joven y se le había acercado para ofrecerle apoyo incondicional. “Por primera vez en mi vida, no le voy a pedir nada a un candidato. Y en cambio le voy a dar todo lo que tenga a mi alcance para que usted llegue a ser intendente” le había dicho ese día. Jaime -así se llamaba el “puntero”- no sólo le había asegurado un 90% de votos para él en la villa, sino que había dirigido las pintadas de todos los baldíos con su cara y su slogan de campaña de media ciudad.
“¡Vamos Martincito a cantar la marcha peronista! Ja, ja, ja” lanzó sus grandes risotadas. Martín hizo un gesto gracioso y se abrazaron efusivamente. Luego hicieron lo propio su señora y cada uno de sus catorce hijos, que iban desde los 46 años hasta los 5.  
Martín sacó una bolsa de juguetes que le había separado Alejandra de sus propios hijos, que ya no usaban y se lo entregó en forma discreta. En el polvoriento patio de ese humilde rancherío se había improvisado un verdadero palco y Jaime lo invitó al intendente a dirigir unas palabras. Pero Martín se negó: “no es momento de discursos, comamos y celebremos todos juntos”.
Curiosamente eran estos momentos en los que Martín se sentía realizado plenamente. Disfrutaba el hecho de poder acercarse hasta esa especie de subumndo de la realidad cordobesa y entrar sin ningún empacho y estar uno a uno. Era el pequeño momento en el que sentía que las palabras del evangelio se hacían estrictamente realidad en su persona. Y reía. Y cantaba. Hacía chistes. Hasta tocaba la guitarra. Si por él fuera, se quedaría allí a vivir. Estaba relajado y alegre.
No es un dato menor que al finalizar el colegio Martín haya querido ser cura. Incluso llegó a hacer todos los retiros y a estar unos meses dentro del seminario. En ese momento su modelo era San Francisco y se imaginaba viviendo entre los pobres, sin nada. Llegó a ponerle fin a su noviazgo, con Alejandra -hoy su mujer amada pero en ese momento su noviecita-. “Dios me llama” le había dicho mientras partía y ella quedaba completamente destrozada. Pero a los pocos meses había vuelto nuevamente con ella y la relación se había encaminado hacia el casamiento (¡aunque con un noviazgo que sumó finalmente siete años!)
Esa experiencia, aunque siempre la recordaba con risa entre sus compañeros políticos y amigos, había quedado marcada como una herida abierta en el corazón. Y frecuentemente volvía a ese instante en sus pensamientos, preguntándose si no debería haber continuado ese camino. En más de una misa, se había imaginado él, arriba del púlpito, intentando abrir los corazones de ese apático auditorio que repite acostumbrado las consignas del ritual.
Y allí sentado, en el medio de los más pobres de la ciudad, en un patio de piso de tierra, comiendo un choripán de dudoso origen, rodeado de gente sencilla, inculta, pero leal, Martín se acercaba -de alguna manera- a su ideal franciscano.
De golpe se cortó la luz y un cable que precariamente bajaba del poste hizo un chisporroteo. “Siguen colgados de la luz, Jaime. Ya te he dicho que es un peligro.”
“Martín, hay mucha gente que quiere pedirte cosas. No te lo piden al pedo, vos sabés. Hay muchas necesidades. ¿Cómo hacemos? ¿Querés escucharlos ahora? Si te vas sin escucharlos se van a decepcionar. Martín accedió a escuchar y uno a uno fueron haciendo públicos sus pedidos. Por supuesto no en forma directa sino con introducciones, justificaciones y hasta contrapropuestas. “Intendente: ayúdeme a conseguir la silla de ruedas para mi hija, y yo me voy todos los días a la municipalidad y le limpio su oficina, le barro y le sirvo café.” El listado de necesidades era, claro está, interminable: ayuda para terminar el proceso para jubilarse, una chapas para construir una segunda pieza, un colchón, una platita para el casamiento de la hija más grande, un repuesto para la heladera, una gestión para que traigan a uno de los hijos de una cárcel de Cruz del Eje a Bower para poder visitarlo más seguido…”
Martín escuchó durante más de una hora. A su lado, uno de sus colaboradores tomaba nota e identificaba la necesidad con la persona que se lo había pedido. Ya era hora de partir. “Me comprometo ante ustedes a gestionar todo lo que me han pedido comenzando por las cuestiones que veo son urgencias y que no pueden esperar. Pero lo haré con dos condiciones: si dejan que el equipo de la municipalidad pueda trabajar tranquilo abriendo formalmente las calles de esta villa, para que podamos asfaltar y pueda entre el ómnibus, la ambulancia y también la policía sin demora. Y la segunda condición es que nos ayuden a detectar quiénes son los ladrones y los narcos de esta zona, para que los metamos presos a todos. No tengan miedo: la información que nos den será absolutamente confidencial y anónima. Pero no hay forma de que avancemos con esta zona si ustedes siguen asediados por estos malandras.” Todos dieron su conformidad asintiendo con la cabeza, aunque eran conscientes que el segundo pedido era casi imposible de cumplir. Si alguno se atrevía a dar un nombre, estaba clarísimo lo que les iba pasar. Sin embargo el encuentro se cerró con aplauso largo para el intendente. “Dios le bendiga, intendente” le dijo una señora que aparentaba tener más de 100 años por las arrugas de su cara y la encorvadura de su cuerpo, mientras le tomaba la cara con sus dos manos marcadas por el tiempo.
15:00 hs. “Te pido que estos anuncios los hagas vos. Porque mi primera participación ha generado una ola de críticas y no quiero ser yo el tipo que tire todo lo que hemos planeado por la borda” La voz del Secretario de Servicios en el celular por un lado lo tranquilizó, al ver que era consciente de los errores que había cometido más temprano, pero a su vez lo alteró pues habían acordado que los anuncios más difíciles de digerir los harían los secretarios para no limar en exceso su legitimidad inicial y salvaguardar la figura del intendente, dejándolo como una segunda instancia con posibilidades incluso de pedir la renuncia del secretario y revertir la política anunciada.
Ya en la municipalidad, se dirigió directamente a la Sala de Prensa. Allí lo esperaba el Secretario de Servicios. “Quiero anunciar que estamos enviando una nota al gobernador de la Provincia de Córdoba proponiendo el Traspaso de las Hospitales de Alta complejidad que están en la órbita municipal por una distorsión, tan propia de nuestro país, en donde los distintos niveles de gobierno -nacional, provincial y municipal- se superponen en sus funciones y competencias, haciendo que no sea eficiente la prestación de los servicios.
Luego de esta nota, voy a solicitar en las próximas horas, una reunión con el Ministro de Salud de la Provincia para definir con él un acuerdo por el cual nuestra municipalidad se concentrará en la atención primaria de la salud, solicitando a la provincia la transferencia de todas las unidades UPAS construidos y gestionados por el gobierno provincial que están en los barrios para que se sumen a los dispensarios municipales.
Además solicitaré el traspaso a la órbita municipal del servicio de emergencia 136 que debería fusionarse con nuestro servicio 107. Es una locura que convivan ambos servicios en paralelo en un mismo territorio. Es otra muestra de ineficiencia en la administración de los recursos que nos dan los vecinos para que los gestionemos adecuadamente.
De esta manera, nuestra intención es hacernos cargo íntegramente de todo el servicio primario de atención de la salud que es lo que puede hacer bien un municipio y como contracara la Provincia debería hacerse cargo de todo el Sistema de hospitales de Alta Complejidad, incluidos los que actualmente administra la Municipalidad como es el caso del Hospital de Urgencia y el resto de los hospitales municipales.
Está claro que esta propuesta es justa, pues todos sabemos que en los hospital municipales, como es el caso por ejemplo, del Hospital de Urgencias se atienden pacientes del interior, de otras provincias e incluso de otros países, por lo que es una locura que ese establecimiento sea mantenido sólo con el aporte de los vecinos de la Ciudad de Córdoba.”
La primera pregunta del periodista fue “¿No son demasiado duras las dos últimas medidas que ha anunciado de cerrar las escuelas municipales, aumentar el transporte público y transferir los hospitales? ¿Qué ocurrirá con estas instituciones si la Provincia no le acepta el traspaso de las mismas?” El intendente era consciente que las medidas estaban siendo asumidas, no sólo por el periodista, sino también por toda la opinión pública como excesivamente destempladas. Agudizó el ingenio para dar la respuesta más convincente posible.
“Mire Gerardo -así se llamaba el periodista-, yo le dije a la gente que en mi gestión no habría milagros, ni promesas de milagros. Si los vecinos quieren que yo haga algunas cosas, me tendrán que permitir que deje de hacer otras que estamos convencidos puede hacer mejor otro nivel de gobierno como es la provincia. Si usted me dice que yo al cerrar una escuela estoy dejando a esos chicos sin ninguna oportunidad, sería un insensible. Pero si resulta que en ese mismo barrio hay 6 o 7 escuelas públicas provinciales que le sobran bancos, entonces ¿para qué quiere que mantenga esa escuela? El caso de los hospitales también es lógico pues, el dinero que yo invierto para que se haga una operación un vecino de Dean Funes en el hospital de urgencias, es el dinero que estoy dejando de invertir para que un vecino de Córdoba reciba sus vacunas en el dispensario más cercano en tiempo y forma. Y para que pueda tener mejor transporte, seguridad o limpieza. Si por el contrario yo viera que los vecinos no me apoyan en esta tarea de hacer más eficiente la gestión municipal, entonces no queda otra opción que aumentar los impuestos pues alguien tiene que pagar la fiesta de hacer todo y no ordenar nada.”
El intendente ingresa a su oficina. El vidrio todavía no ha sido reparado. Por un momento tiene ganas de agarrar el teléfono y gritarle a su secretaria y a todos sus funcionarios porque no son capaces de cambiar un vidrio con la celeridad que se requiere. “Cómo van a cambiar una municipalidad, sino pueden cambiar un vidrio” pensó ofuscado.
Prende la tele y justo engancha con el noticiero en el que un “periodista-analista” hablaba sobre su gestión. “Creíamos que el intendente había tomado las medidas más duras el primer día. Pero no es así: hoy ha tomado medidas durísimas, para mi gusto exageradas, y ha cerrado el rally de anuncios con el que nos bombardea hora a hora, amenazando que si no lo apoyamos en la estrategia de cerrar escuelas y hospitales, nos va a aumentar los impuestos a todos. Si yo tuviera que darle un consejo al intendente le diría: cálmese, relájese, disfrute que ha llegado con semejante nivel de apoyo y no intente hacer todo en 7 días.”
De repente ingresó sin previo aviso por una de las puertas su entrañable amigo, el Doctor Carlos Arredro, especialista en cuestiones cardíacas. “Tincho, vengo personalmente porque los análisis que te has hecho te han dado mal y quería darte yo la noticia. Pero ví que ayer se adelantó por la televisión la chica que te hizo los estudios. Lo que dijo ella es cierto. Estás con el colesterol por las nubes, una parte importante de la carótida tapada y varios síntomas que hay que tomar en cuenta. Esto no es joda, Martín. Si seguís por este camino, estresado, sin comer bien y sin hacer nada de ejercicio, podés llegar a tener algún problema pronto.”
A Martín no le sorprendió lo que escuchaba. Venía sintiéndose raro desde hace un tiempo. Ya no era el mismo joven que hace unos años. Y al haber dejado el futbol de los jueves con sus amigos de la infancia por la campaña política y ahora por la gestión, se había quedado sin ninguna actividad física. No estaba comiendo bien, no estaba durmiendo bien. Hasta el dato de que hacía meses que no hacía el amor, se sumaba al listado de distorsiones.
“Carlos, entiendo lo que me decís. Tengo muy pocas chances de hacer un cambio rotundo de estilo de vida en los próximos meses, yo diría en el próximo año. Pero te prometo que luego será mi prioridad. Te pido que mientras tanto no le comentes sobre mi estado de salud ni a Alejandra ni a nadie”
Carlos se sintió contrariado por el pedido. Martín era su amigo desde que eran muy chicos. Lo quería como si fuera un hermano. Estaba claro que en la actual circunstancia de su vida, no podría dedicarse a comer bien, hacer ejercicio y tener un vida relajada. Pero sentía cierta obligación de informarle a Alejandra, porque ella misma lo había llamado varias veces en los últimos días para confirmar cómo le habían dado los análisis a su marido. “Vos me pedís que directamente le mienta a Alejandra y le diga que te dieron bien cuando en verdad te dieron para el culo?” “Sí” dijo el intendente. “Ok. Así será”
16.00 hs. Martín parte a recorrer otros CPC tal como se había comprometido, para explicar su plan de reformas, oficina por oficina. Un grupo de empleados municipales lo recibe con cacerolas y uno intenta tirarle un huevazo en la cabeza pero falla. Otros empleados lo toman al agresor y se arma una pequeña gresca a golpes de puño.
Como contracara más de 3.000 vecinos autoconvocados lo esperan en la explanada frente al edificio con pancartas que expresan su apoyo a todo lo que está haciendo. Momentos antes de llegar, uno de los suyos, que lo acompañó desde el primer momento, en un reportaje radial, se desubica completamente y en un momento de enojo cuando el periodista lo asediaba con sus preguntas afirma: “al que no le gusta la forma en la que gobierna Martín, se jode y se va a vivir a otra ciudad”. Varios dirigentes repudiaron la declaración por el mismo medio y en otras radios, señalando que el intendente y su equipo tenían una actitud de pedantería intolerable, que los lleva a hacer todas las reformas de golpe sin consensuar con nadie.
Un llamado extraño deja pensat            ivo a Martín. “Necesito un favor y no me podés decir que no. Ha venido a Córdoba la mano derecha del inversor internacional George Soros y tiene una cuestión para presentarte. Con esta gente tengo un negocio en ciernes de más de 3.000 millones de pesos. Pero está supeditado a que pueda conseguirles esta entrevista privada y personal con vos. Te he dado mil manos durante todos estos años. Esta vez necesito simplemente que los recibas pero no en tu despacho con una cámara prendida sino en privado esta noche. Esta mujer se va mañana (y prepararte porque es un bombonazo!). Estuvo a punto a decir que no, pero realmente era un amigo de siempre y se había jugado muchas veces por él. Asistir a una reunión no significaba nada. “Ok. Acepto y con esto quedamos con la cuenta de favores en cero” bromeó. “Gracias Martín. Me estás dando una mano bárbara con tu sóla presencia.” “Avísele a mi mujer -señaló a su asistente- que esta noche llegaré muy tarde a casa”.
19 hs Mientras vuelve en su auto propio, manejando él mismo, escucha por manos libres el reporte de uno de sus hombres de confianza. “La marcha en contra tuyo está recorriendo el centro así que ni se te ocurra meterte por ahí. Es una marcha grande como de 10.000 personas con militantes de izquierda, sindicalistas, gente de las universidades, gente de la educación y de la salud. En la primera fila marcha el propio Rubén Gimenez quien va a dirigir unas palabras cuando lleguen a la intersección con 27 de Abril. Por suerte la policía de la provincia está acompañando para que no se desborde. Pero hay mucho agite sobre todo entre la gente de la izquierda. Uy!... pará, no me digás. No, no!...” “Qué pasa javier?”preguntó el intendente. “El pelotudo de Jaime de la Villa Hermana Sierra interceptó la marcha y le ha metido una trompada a Gimenez que lo ha dejado en el piso. La policía se lo está llevando pero Gimenez tiene toda la cara ensangrentada y se lo está llevando una ambulancia…”
Martín prende la radio del auto. En ese momento Pablo Rissi está comentando sobre el hecho. “La violencia vuelve a aparecer en las calles de Córdoba. El desencuentro propio de las políticas de blanco y negro, sin consensos. Las medidas aplicadas sin matices. Aunque digamos la verdad: quién no celebra en su fuero íntimo que alguien de una buena vez le devuelva con una trompada tantos años de “favores recibidos” a este buen muchacho Gimenez?” señaló el periodista, mitad en serio y mitad en broma.
“Esto, no nos viene tan mal” reflexionó el intendente con su hombre de confianza. Mañana la discusión se enfocará en la piña a Gimenez y tal vez logremos que pasen a segundo plano las medidas tan jodidas que hemos tomado hoy”.
Deja en stand by el llamado y atiende el siguiente, mientras maneja. “La gente de La Razón te pide por favor si podés ir al diario para una entrevista en profundidad o que ellos se acercan donde vos digas.” “Deciles que con gusto voy para allá. Si total a la municipalidad no puedo ir…”
20 hs. Los periodistas lo reciben muy amablemente en una sala especial. Pero antes incluso de que se sentara, uno de ellos lo arrebata con un tema completamente impensado. “Sr intendente. Tengo en mi escritorio una denuncia hecha por una empleada doméstica peruana en contra del gerente de la ciudad que acaba de nombrar. Por mantenerla en negro trabajando y por maltratos. Quiero que sepa que mañana, además de cubrir todo lo que ha anunciado hoy, las repercusiones, las piñas y la marcha, este tema va en la tapa del diario. Tiene algo para decir?”
Martín sintió verdadera indignación. “No sólo no tengo nada que decir sino que además no tengo nada que hacer aquí.” Dio media vuelta y partió. Los otros periodistas y el director del diario intentaron mediar para que se quedara. Pero el intendente ya se estaba subiendo al auto. “Es un facho de mierda. Le vamos a hacer probar de su propia medicina” dijo el periodista que le había dado el anuncio, mientras los otros le reprochaban el no haberlo ni siquiera dejado sentar.
En el auto a Martín le temblaba el párpado, como le ocurría cuando el enojo era demasiado. Suena el celular: “Sr intendente quiero informarle que en el trackeo hora por hora que estamos haciendo sobre la opinión pública de los vecinos de Córdoba. a esta hora el porcentaje de apoyo a su persona y su gestión ha descendido al 53%. Hay que tener cuidado porque nunca un intendente había descendido tantos puntos en el apoyo, en tan poco tiempo.”
21 hs. Ya está llegando a su casa. Vuelve demolido, El día ha sido demasiado largo. Alejandra lo recibe con un beso y le hace la pregunta que menos esperaba: “Hablé con tu secretaria hoy y me dijo que estabas en la oficina con Carlitos Arredo. ¿Te dio el resultado de los análisis?” Por un momento dudó si Arredo habría cumplido con su palabra de mantener silencio, pero se arriesgó. “Sí, si, muy bien me dieron. Excelente” Su mujer lo miró fijo. “Excelente! Me dijo también tu secretaría que hoy llegarías muy tarde…”
Se había olvidado por completo de su compromiso para reunirse a cenar con la representante de George Soros. “Uy!” dijo, pero su intención manifiesta era hacerse el distraído a ver si zafaba de ese bodrio de compromiso.
Prende la tele con su hija sentada al lado, viendo la última parte del noticiero central. Agustina le pregunta: “¿Papá, por qué querés cerrar los colegios? ¿Acaso no es importante la educación?¿No deberías hacer al revés, abrir más colegios en lugar de cerrarlos?”
¿Qué debía hacer en ese caso: darle una larga explicación de por qué a veces el buen gobierno significa administrar bien los recursos y no caer en proyectos demagógicos? ¿O debía darle una explicación superficial y dejarle la duda a su querida hija de si su papá no era en verdad un desalmado como lo estaban pintando algunos comentaristas en la televisión?
Estaba a punto de explicarle cuando sonó el celular. Era su amigo de la tarde. “No me podés fallar, Martín. Te está esperando esta mina. Sí o sí tenés que ir porque me comprometí…”
22:30 hs “Un gusto tenerlo aquí intendente, pase por aquí” La reunión con la representante de George Soros no era personal sino que era una especie de fiesta privada, en un amplio chalet, con luces a medio tono. A pesar de la penumbra logró visualizar personalidades conocidas. Algunos jueces federales, empresarios, periodistas incluso.
En una esquina llega a ver al propio gobernador que se le acerca para saludarlo. “Martín, me alegro de que te animes a venir a este tipo de fiestas. Parece mentira, pero aquí se terminan de cerrar muchas de las cosas que suceden en Córdoba! señaló en tono jocoso. Mañana o pasado me gustaría que hiciéramos la primera reunión formal. Te vengo siguiendo y venís muy bien. ¡Has hecho un verdadero quilombo en la muni! Tenés mi apoyo. Arreglemos mañana cómo y cuándo reunirnos oficialmente para mostrarnos juntos. Ah! Y espero que hoy puedas arreglar con esta gente! Concluyó mientras se alejaba con una compañía femenina exuberante que lo había venido a buscar mientras hablaba.
“¿Qué era esta fiesta? ¿Desde cuándo el gobernador se mostraba tan parlanchín con él cuando la relación siempre había sido sumamente fría, cuando era sólo un candidato? Y lo más importante ¿qué tenía que arreglar con “esta gente”? Pensó en dar media vuelta y retirarse, no por un rechazo moral sino por miedo a ser filmado en ese contexto. “Sería lo último que me faltaría” Pero otra joven igual de atractiva que aquella que buscó al gobernador se le acercó al oído y en tono sugerente y sensual le señaló: “Martín, acompañame. Te espera Joaquhina” Lo tomó de la mano y lo guió hacia una sala contigua. El no sacó su mano, más por delicadeza hacia la mujer que por otra cosa. Pero la situación lo había puesto tenso e incómodo. Aunque en el fondo de su alma, una situación tan extraña en forma imprevista le generaba una adrenalina inmensa.
“Sr Intendente. Pase” Joaquhina era como una diosa griega extraída de una película. Rubía, alta de formas pronunciadas y sensuales. De mirada penetrante y decidida. Su vestido dejaba mostrar lo suficiente aunque escondía lo necesario. La acompañante se quedó junto a él con actitud predispuesta, como si fuera su amiga de muchos años y estuviera acompañándolo para rendir un examen. “Me han comentado que usted ha adelantado que mantendrá la prohibición de desarrollar casinos y alternativas de juegos de apuesta en la Ciudad de Córdoba. Como sabrá una de nuestras unidades de negocios del holding de empresas de Soros a nivel mundial se dedica a estas cuestiones en más de 180 países con una facturación anual que supera los 10.000 millones de dólares. Para nosotros Córdoba es una plaza interesante y estratégica. Seré frontal porque aquí, en esta sala, usted y yo tenemos plenas garantías de reserva y confidencialidad. Quiero que analice la posibilidad de habilitarnos a construir un casino. A cambio nosotros le donaremos un monto de 10 millones de dólares en una cuenta suiza a nombre suyo o de un tercero, pagaremos íntegramente su campaña a gobernador para dentro de 4 años, y además dejaremos un fondo extra de otros 10 millones de dólares para que usted distribuya en forma discrecional entre las personas que vale la pena, para que se logren los resultados.”
Joaquhina se acercó hasta ponerse a pocos centímetros de su piel y de su boca. Verdaderamente era una mujer nunca vista, deslumbrante en su belleza. Martín, que nunca había tenido problemas de infidelidad, durante un momento dudó en qué sucedería si esta mujer se le ofreciera abiertamente como -todo indicaba- estaba a punto de hacer. Cierta inquietud pasó por todo su cuerpo. De abrazar a esta mujer, de besarla. De tomar también a la acompañante que a esta altura había vuelto a tomarle la mano y abrazarlo por la espalda sin que él se hubiera percatado.
En un segundo, Joaquhina apoyó su mano sobre el pantalón de Martín. Estaba por cortar con todo, pero demoró un segundo más sin decir nada. Y otro. ¿Qué pasaba con él? Comenzó a bajarle la bragueta muy lentamente. Con su mano sacó su miembro hacia afuera mientras lo seguía mirando con esos ojos verdes profundos. Atónito con esa mirada y con cierto éxtasis anticipado, no advirtió que su compañera ya se había arrodillado y estaba utilizando su boca…
Estaba perdido. Un fuego corrió por todo su cuerpo y cada una de sus células se estremeció. Pero su mente no pudo con su genio y lo puso -frente a frente- con el pasaje del evangelio en el que un Jesús, hambriento, es tentado por el diablo en el desierto, con alimentos, riquezas y poder. “No sólo de pan vive el hombre”… A esa altura, era lo único que podía salvarlo.
“Joaquihna, la respuesta es no”. Corrió a la amiga con suavidad y acomodó su pantalón. “Agradezco el ofrecimiento y el haber tenido la oportunidad de contemplar su increíble belleza. Y a una compañera tan predispuesta. Pero la respuesta es no”. Dio media vuelta y caminó hacia la puerta. Por algún motivo extraño en esos pocos pasos sintió se mojaba su entrepierna. “Esto me pasa por coger tan poco…” pensó con una sonrisa.

Al cerrar la puerta sintió alivio, pero a la vez cierta perplejidad por no haber sido capaz de manejar la situación con mayor claridad y firmeza desde el principio. “Está claro que yo también soy vulnerable” pensó. En ese momento sonó el celular. “Martín, cuánto vas a demorar?” Era Alejandra, su mujer. “Más de 100 empleados municipales están cortando el acceso al country de mis padres haciendo una fogata con gomas de auto. Nadie puede entrar ni salir. Los vecinos están indignados. Y tres o cuatro me llamaron para solicitarme con toda corrección, pero con toda claridad, que nos vayamos a vivir a otro lado. Qué hacemos?” “Que hijos de puta que son… voy para allá”