Uno llevaba en la tapa la trompada que le había dado el puntero de Martí -Jaime- a Gimenez pero, de alguna manera, implícitamente dejaba traslucir que se lo merecía. Otro diario en cambio, mostraba la misma foto, pero titulaba “El intendente envía sus matones a patotear a Gimenez”
Los otros diarios reflejaban las medidas tomadas durante los días anteriores, la marcha de ayer en contra, los vecinos manifestándose a favor. Había decenas de análisis y opiniones que vitoreaban o censuraban la estrategia utilizada. Había gente que comenzaba a posicionarse como candidatos a dirigir los CPC o como constituyentes para la reforma de la carta orgánica para las próximas elecciones convocadas para dentro de 90 días. Otros ya estaban levantando denuncias concretas sobre la base de los datos que surgían de la publicación de toda la información en internet ordenada por el intendente. Varios afectados por las medidas se quejaban amargamente, como los contratados que habían quedado afuera de la municipalidad, los inspectores despedidos, los usuarios del transporte que súbitamente pagarían más ante la quita de todos los subsidios; los bolicheros, obligados a regularizar su situación en 30 días, los constructores que habían sido amenazados con que se demolerían sus obras sino cumplían las normas…
No sólo eran cubiertas en detalle las medidas y acciones del intendente sino de cada uno de sus colaboradores. El Gerente de la ciudad se había aparecido en persona -relataba un diario en tono de broma- en el Cementerio de San Vicente y había obligado a los empleados a cortar el pasto, ordenar, pintar y abrir más de 50 sarcófagos. Lo que no se sabe -bromeaba el diario- es si buscaba droga o algún muerto que en verdad estuviera vivo para cobrarle sus impuestos al día…”
Sólo uno de los diarios daba el golpe mortal: “Martín en tres días ha bajado al 50% de apoyo de la gente” Martín pensó mientras leía la nota: “se ve que no soy el único que mide día a día”
De todas maneras estaba conforme. Podría haber sido peor. Nada decía el principal diario sobre el supuesto escándalo que le habían anunciado el día anterior lanzarían en la tapa. Centró su mirada en un artículo de opinión con un título sugerente: “Un intendente de derecha nos da una lección a los de izquierda” El artículo reflexionaba sobre cómo Martín había ordenado en dos días las distorsiones ecológicas de la ciudad, anunciando el fin de las bolsitas en los supermercados y la separación obligatoria de los residuos en domicilio entre otras novedades referidas al cuidado del medio ambiente. El comentario, viniendo de quien venía, le dio satisfacción. “Veremos que piensan los muchachos” murmuró…
Los “muchachos” sin embargo, se habían autoconvocado a las 7 de la mañana a desayunar en un bar de la zona norte, sin Martín. “Estoy preocupado porque Martín va a chocar el proyecto de poder que tanto nos costó construir. Es hora de pararlo a este loco o nos vamos a ir a la mierda. Cuando hablamos de hacer un plan para cambiar la municipalidad en 7 días, yo creía que eran palabras para el marketing. Para que nos voten. Pero este loco hijo de puta se lo creyó” señaló uno de sus más amigos, consciente de que esa reunión sin él, sería tomada por Martín como una traición y marcaría un antes y un después en la relación. Todos estaban nerviosos y se sentía en el ambiente la tensión, similar a la que sienten los hijos cuando se reúnen para hablar de que su padre está esquizofrénico y hay que internarlo, con esa mezcla de cariño, admiración pero temor por las consecuencias de sus actos.
09 hs. El intendente ingresa a los estudios de la Cadena 100 para ser entrevistado por el periodista con mayor rating de todos los tiempos de Córdoba.
Mario Gonzalez -ese era el nombre del periodista- intentó hacer una entrevista desacartonada, en la que se pudiera encontrar al “hombre detrás del hombre” como él mismo insinuó en la presentación. Pero esa no era la idea de Martín:
“La seguridad es -por ahora- una cuestión provincial. Creo que sería bueno descentralizar la Policía de la Provincia en lo que hace a la prevención de los delitos de robo y hurto y cuidado del espacio público hacia los municipios. Mientras eso ocurre -no está en mi poder que se haga ahora, ya que depende del gobernador- y dado que la inseguridad es el principal reclamo de los vecinos de Córdoba, vamos a tomar medidas efectivas para garantizar la prevención y evitar la impunidad en el ámbito de la ciudad que es lo que a mi atañe. Es nuestro objetivo que la ciudad, durante nuestra gestión, esté bajo control y garantice a la gente honesta y trabajadora sus derechos y la seguridad en su vida, la de su familia y la protección de sus bienes.”
El periodista, que no disimulaba su cariño por este joven enérgico, lo miró en silencio pero con un gesto que parecía decir “no te metas en esto Martín… la seguridad es un terreno en el que nunca podrás salir bien parado…”
Martín continuó: “Quiero aprovechar este medio tan escuchado para anunciar la creación de la “Guardia Municipal”, un cuerpo de vigilantes para prevenir el delito de robo y hurto y control de la vía pública en los puntos críticos de la ciudad de Córdoba. He establecido con mi equipo un plazo de 90 días para instrumentar el funcionamiento de esta fuerza de seguridad de la ciudad. El reclutamiento de personal (estimamos en un comienzo unos 1.000 efectivos) se realizará en las próximas tres semanas, así como el vínculo con empresas interesadas en administrar este servicio de seguridad municipal. La gestión de esta policía será tercerizado porque no quiero agregarle de un solo golpe 1.000 empleados a la planta permanente. En los próximos años veremos si vale la pena que continúe tercerizado o no. El cuerpo de “zorros grises” de la Municipalidad quedará integrado a la Guardia Municipal.”
Cuando el periodista estaba por comentar semejante noticia, el intendente agregó: “El próximo martes se convocará además a licitación para implementar un sistema de cámaras de vigilancia para todo el centro de la ciudad y áreas “rojas” en cuanto a inseguridad. También nos damos un plazo de 90 días para que este sistema de vigilancia por cámaras -integrado a la Guardia Municipal- esté en acción.”
“En el día de hoy vamos a designar al Comisario de la Ciudad que será el Secretario de Seguridad de la Municipalidad y que estará al frente de la Guardia Municipal y de todo el resto de las medidas que anunciaremos durante el día de hoy con la previsión de que -en cuatro años- este cargo sea elegible por votación.”
“En el día de hoy vamos a designar al Comisario de la Ciudad que será el Secretario de Seguridad de la Municipalidad y que estará al frente de la Guardia Municipal y de todo el resto de las medidas que anunciaremos durante el día de hoy con la previsión de que -en cuatro años- este cargo sea elegible por votación.”
“Finalmente quiero que sepan que a la salida de esta entrevista estoy yendo directamente a la Casa de Gobierno a reunirme con el Ministro de Seguridad Provincial. Ayer le pedí una audiencia. Voy a ofrecer apoyo administrativo a las comisarías que trabajan en la ciudad y enlace con los CPC y los centros vecinales. Estamos dispuestos a hacernos cargo de todos los trámites administrativos que hoy hace la policía con tal de que puedan ser dedicados la mayor cantidad de efectivos a la tarea de investigación y prevención en la calle.”
“Quiero además revisar con el ministro el vínculo directo y la cooperación que debe tener necesariamente la Guardia Municipal que vamos a implementar con la policía provincial. Lo mismo haré en la próxima semana con el nivel nacional, en cuanto al vínculo con la policía federal y los otros organismos federales como Gendarmería, Policía Aeroportuaria y demás.”
Estaba claro que el intendente estaba dispuesto a enfrentar todos los desafíos de un gobernante, sin dejar ninguno por meter en la olla. “Por qué lo hace, intendente? Por qué está arriesgando tanto en tan poco tiempo?” Preguntó el periodista con una cuota de objeción, pero otra de admiración. “Estoy haciendo lo que los cordobeses querían que hiciera un gobernante. Y lo estoy haciendo todo junto porque considero que es la única forma de lograr que por lo menos el 60% de estas medidas queden en pie, luego de las reacciones de las corporaciones y los intereses particulares”
10 hs. La entrevista, se extendió por más de una hora. La cantidad de llamadas de personas de todo el país alcanzó un record histórico. Parecía como si, de repente, luego de tres días de baja, el intendente hubiera vuelto a recuperar el 100% del apoyo de la gente. No había un solo mensaje en contra. Absolutamente todos los mensajes apoyaban sus medidas, lo felicitaban y lo alentaban a seguir. Al salir de la radio, se habían reunido en forma espontánea más de 1.000 personas que habían cortado la calle principal del centro -donde está la sede de la radio- y que lo aplaudieron apenas pisó la vereda. El grito era ensordecedor. Y el ruido convocaba a más gente. La multitud llegó a ocupar más de 3 cuadras. Eran personas que estaban trabajando en el centro, otros que habían escuchado el reportaje y se habían largado a la calle. Señoras, madres, jóvenes…
Mientras se subía al auto su secretaria le anticipó: “llamó el ministro de seguridad. Dice que cancela la reunión que tenía. Y -medio en broma pero medio enojado- me dijo que te transmitiera que la próxima vez que hagas un anuncio así, tengas las delicadeza de comentárselo previamente.” “Vamos para la Municipalidad” dijo el intendente en forma adusta. Mientras avanzaba lentamente el auto (que el mismo manejaba con su secretaria a su lado y un guarda espaldas atrás) entre la multitud, la gente le golpeaba la ventana y la chapa del auto. Tardarían por lo menos media en lograr salir de semejante manifestación espontánea. A Martín se le ocurrió una idea.
Paró el auto, y se subió al techo de un salto. La gente redobló sus gritos de apoyo. Pero con un respeto inusitado calló toda la cuadra cuando Martín pidió silencio. “Amigos, acaban de escuchar lo que quiero hacer con la seguridad de la ciudad. Pero esto no es todo. Tengo otras medidas muy importantes que anunciar desde mi oficina en la Municipalidad. Por eso quiero que me ayuden: armen un espacio a derecha e izquierda del auto, entrecruzando sus brazos hasta armar un callejón que me permita salir de aquí e ir rápido a hacer estos anuncios.”
La reacción fue impresionante. La gente como si le hubieran dado un mandato militar, de inmediato comenzó a alinearse y tomarse codo contra codo, entrelazados, formando una calle. Esto hizo que la multitud se extendiera por más de 10 cuadras en forma lenta pero progresiva y constante. Esta organización espontánea del corredor llevó aproximadamente unos 20 minutos. Pero mientras se iba formando, el vehículo de Martín iba avanzando. Una vecina de unos 50 años, casi emocionada al ver esta estampa dijo: “por fin hemos cambiado cacerolas por un dirigente que nos obliga a estar entrelazados con nuestros brazos.”
11 hs El gabinete en pleno y el gerente de la ciudad están esperando en el Salón principal de la Municipalidad. Ya les habían llegado las extraordinarias repercusiones del anuncio hecho por Martín en la radio. Esto les había devuelto la energía. De alguna manera, están exultantes. Creían que no lograrían pasar del “tercer día de anuncios”.
Ingresa Martín a paso rápido, saluda y sin esperar que el locutor oficial lo presente comienza a hablar: “Amigos, hay mucho por hacer en este día y por eso no quiero perder ni un minuto. Agradezco a las miles de personas que recién me han ayudado. Con ese gesto han demostrado que podemos organizarnos no sólo adentro de la municipalidad como lo estamos haciendo sino además como comunidad.
Quiero anunciar el nombre de nuestro Secretario de Seguridad. Se trata del General retirado Arturo Salasalle, hombre con un prestigio reconocido por toda la comunidad, con condecoraciones de la Fuerzas Armadas y una participación distinguida a nivel internacional en la lucha de Malvinas.”
El hombre, vestido con riguroso traje verde militar y sus condecoraciones clavadas en su pecho se puso de pie y saludó parcamente al intendente y a los presentes.
“Arturo es un hombre de pocas palabras y de mucha acción. Y así debe ser. Es un especialista en la organización de este tipo de fuerzas locales, con experiencia de haberlo hecho en distintos países de América Latina. No dudo que hará un trabajo excepcional, tanto en la organización de la Guardia Municipal como del Centro de Monitoreo de Cámaras y las otras medidas que estamos anunciando.”
“Arturo llevará en el día de mañana al Concejo Deliberante un proyecto de normativa de “impunidad cero”, que prevé un código de faltas más estricto, con endurecimiento de penas y mayores multas para ciertas conductas que son altamente perjudiciales para la convivencia en Córdoba (alcoholismo en la vía pública, inconductas como vecino, merodeo y desorden en la vía pública, etc). Incluye una revisión y endurecimiento de todo el sistema de multas por faltas de tránsito.”
“Cuando la guardia municipal esté en funcionamiento, habiendo integrado a lo que hoy se conoce como los zorros grises y también a todo el área de inspección de la municipalidad, le otorgaremos facultares para que puedan operar al mismo tiempo en un abanico de competencias. Es decir: si un guardia municipal está en la calle, podrá indistintamente aplicar una multa de tránsito, detener a un sospechoso, clausurar un comercio que no cumple con la normativa o cerrar un kiosco por venta de alcohol a menores de 18 años por nombrar sólo algunos ejemplos”
“Por último quiero anunciar que Arturo estudiará la viabilidad de construir un edificio que hará las veces de cárcel municipal y que receptará los encierros por tiempos breves que prevea el nuevo Código de Faltas de la Ciudad de Córdoba.”
11:30 hs “Martín -era su esposa Alejandra que había pedido le pasaran urgente con él- Volvimos a casa por todo lo que había pasado anoche a la entrada del country de los viejos. ¡La policía no protegió nuestra casa estos días! Todos los vidrios están rotos, dentro está todo dado vueltas y en las paredes hay pintadas rojas que dicen “andate liberal hijo de puta”. El televisor está tirado en el sueldo con la pantalla rota. No se robaron nada pero destruyeron todo.”
Martín supo que Alejandra estaba comenzando a llegar al límite de su tolerancia y que debía tomar un rol activo antes de que explotara. Su voz se escuchaba entrecortada por el llanto contenido. Esa casa les había costado a ella y a él un esfuerzo inmenso para construirla, veranos sin salir de vacaciones para ahorrar y poder terminarla. Cada cosa que estaba dentro de esa casa la había pagado en innumerables cuotas…
“MI amor -le dijo el intendente con un tono y un cariño que hacía tiempo no surgía de tan ocupado que estaba-. Sabíamos que iba a ser difícil. Se que duele, porque a mi me duele. Pero te prometo que luego de este vendaval vendrá la tranquilidad. Solo necesito un poco más de tiempo. Te pido que te vayas con los chicos al Hotel Sheraton. Yo hablaré personalmente para que te esperen allí y te den habitaciones cómodas. Viviremos allí por lo menos hasta la semana que viene cuando terminemos este rally de anuncios. Se que es mucho lo que les estoy pidiendo a vos y a los chicos, pero ahora estoy en el medio del río y no puedo detenerme.”
“Lo entiendo perfectamente Martín. Vamos a hacer lo que has dicho. Quiero que sepas, mi amor, que estamos con vos y que vamos a jugarnos a tu lado para que cumplas con tu causa, porque también es la mía. Se que tus hijos el día de mañana estarán orgullosos de vos, aunque ahora no terminen de entender todo esto…”
Esta última frase dolió como un cuchillo. Sus hijos vivirían en un hotel… la situación se estaba volviendo un tanto insostenible más allá de la fidelidad a todo prueba de su mujer. Martín quedó verdaderamente preocupado cuando cortó. “Difundan que han destruido mi casa y que vayan las cámaras a tomar lo que son capaces de hacer estos hijos de puta” ordenó desencajado cuando cortó. Todos se sorprendieron por la novedad, y aunque a más de uno no le pareció conveniente la iniciativa de darle difusión a la cuestión, nadie se animó a decir nada.
“Intendente, no quiere tomar un respiro e ir con su mujer y sus hijos. Las medidas que vamos a anunciar pueden demorar un día.” “¡Nada de eso -remató-. Un par de piedras y un aerosol no van a parar esta revolución que estamos haciendo en Córdoba!” Aunque su tono sonaba épico estaba claro que la devastación de su casa le había dolido como pocas cosas en su vida.
La noticia en los medios generó una ola inmediata de solidaridad con el intendente varias veces superior a la que ya habían generado sus anuncios en las calles del rededor de la radio durante la mañana. Nadie en Córdoba dejo de hablar de esto. Nadie pudo ser indiferente. Hasta el último taxista, kiosquero, empleada doméstica o enfermero, hizo algún comentario a los que tenía cerca.
Su mujer salió de improviso en uno de los canales. Martín la vió de casualidad porque el televisor estaba enmudecido en la oficina en la que estaban trabajando, pero pidió volumen en el acto. Con lágrimas en los ojos y mirando a cámara en forma directa y profunda respondió a la pregunta del reportero. “Yo no soy nadie. Sólo soy la mujer del intendente. Pero quiero pedirles a los cordobeses que cuiden a este joven que se está jugando por la ciudad. Yo lo conozco desde hace más de 20 años a Martín -4 de novios y 16 de casados- y sé que no parará hasta lograr lo que se ha propuesto. Pero a cambio los cordobeses lo tenemos que cuidar y rezar por él. Pido que recen por él, y también, en segundo término, por nosotros, por su familia, nada más. Muchas Gracias.”
12.30 hs. El intendente ingresa a la Sala de Prensa y se acomoda en el pupitre del frente. Los periodistas se abalanzan sobre él con cientos de preguntas. Pero él les pide un minuto para continuar su línea de anuncios. “Amigos: estoy turbado por la noticia de que nuestro hogar ha sido saqueado y ultrajado. Y me ha conmovido ver de sorpresa a mi propia mujer pidiendo el apoyo de todos los cordobeses. Gracias por todas las muestras de solidaridad que he recibido en esta media hora. Pero quiero confirmar que ni esta acción ni ninguna otra, detendrá el plan que nos hemos trazado y que estamos anunciando en estos primeros 7 días de gobierno, tal cual les anticipé el día de mi asunción.” Era todo lo que iba a decir porque no quería que su intimidad se convirtiera en el centro de la escena.
“En este caso quiero anunciarles que, mirando la otra cara de la moneda de la inseguridad, sabemos que nada será eficaz sino atacamos las causas profundas que tienen que ver con el individualismo, la anomia social, la fragmentación y la marginalidad. Hace muchos años que en esta ciudad nos ha ganado el “sálvese quien pueda”. Al haber visto que los dirigentes y los poderosos se enriquecen en forma ilegal con total impunidad, que los narcotraficantes se hacen ricos de la noche a la mañana sin trabajar, todo eso ha calado hondo en nuestro inconsciente. Y hemos perdido el sentido de ser partes de algo más grande.”
“Por ello vamos a convocar desde la próxima semana a referentes religiosos y sociales reconocidos por sus comunidades, para la Creación del Consejo Multireligioso y Social Municipal. A ellos les vamos a pedir una tarea muy compleja y desafiante y le aportaremos un presupuesto y una estructura para que esto no quede sólo en palabra o intenciones. La primera tarea encomendada a este equipo será estudiar la problemática de las familias de Córdoba. De la familia como insititución muy manoseada. Nosotros pensamos que haciendo foco sobre ese núcleo fundamental, y tratando de acercar soluciones originales a las enormes amenazas que sufre hoy esa estructura básica de la sociedad, podremos fortalecer todo el tejido social y mejorar así nuestra convivencia y nuestro proyecto común. ¿Con eso resolvemos todo? No, para nada. Pero sin fortalecer a la familia en Córdoba, no podremos hacer todo lo otro que nos proponemos.”
“El primer desafío que se le propondrá a este Consejo es elaborar un plan de medidas concretas en 60 días para bajar el nivel de violencia urbana, que será financiado con fondos municipales. Ya nos hemos contactado informalmente en el día de ayer con todos los que nos interesa participen de esta iniciativa y nos han adelantado su aceptación y su entusiasmo.”
La acción era muy oportuna, no sólo por el valor en sí misma, sino porque además venía a equilibrar en el momento justo cierto matiz de derecha que generaban semejantes anuncios encolumnados al eje de la seguridad.
Pero, a renglón seguido, el intendente no dudó en incluir otra medida que volvía a poner el dedo en la llaga. “En paralelo, quiero anticiparles que desde esta noche se lanzará por la televisión, radio y desde mañana los cordobeses verán también afiches y acciones en distintos puntos bajo el lema: “En Córdoba el que las hace, las paga” que será la primera de una serie de campañas masivas de concientización vecinal. Quiero que tengan la plena seguridad que durante mi gestión, en esta ciudad, se acabó la joda para los choros, para los narcos y para los corruptos. No se si volveremos a tener esa ciudad tranquila que vivimos cuando éramos pequeños. Pero sí tendremos una ciudad más vivible para nosotros y para nuestros hijos.” Sus palabras tenían cierta tensión y a la vez cierta emoción contenida.
13:00 hs. Martín recibe el llamado de la Secretaria del Gobernador. “Dice el gobernador que lo espera a tomar un café a las 15 hs en Casa de Gobierno. Le pide que no anuncie a la prensa la visita hasta que se hayan puesto de acuerdo en los términos de la reunión.” “Tendré poco tiempo para estar con mi esposa y mis hijos” pensó con pesar. Había arreglado comer con ellos en un restaurante de la calle Yrigoyen para aliviar tensiones por la casa destruida. Los chicos habían quedado completamente afectados por lo ocurrido. Al varón en un momento de enojo se había descargado con su propio padre: “si Papá no hiciera tantas boludeces nada de esto nos hubiera pasado”.
Llegó al restaurant con retraso y ya Alejandra y los chicos estaban sentados. Se los notaba desencajados. Para colmo cuando comenzó a caminar entre las mesas con dirección a la suya, en forma espontánea comenzó a surgir un fuerte aplauso y muestras enfervorizadas de apoyo de todos los presentes. El ruido lo acompañó hasta que se sentó, pero una vez sentado el problema era que no se detenían. El aplauso se extendió por unos tres o cuatro minutos que parecieron una eternidad. Martín agradeció con diplomacia, pero se sintió peor que nunca al ver la cara de sus hijos que parecían ya no soportar semejante presión pública. Alejandra leyó sus pensamientos y puso un empeño especial por distender la mesa. “Ya que lo tenemos al papá tranquilo con nosotros, contémosle un poco lo que hemos hecho estos días.” Durante unos minutos conversaron tranquilos, como si nada pasara. Como si fueran una familia normal. Incluso llegaron a reírse. Martín fue feliz en ese momento. Pero duró poco.
Una columna de manifestantes de la marcha de empleados públicos municipales, a los que se les habían sumado por solidaridad los empleados provinciales y nacionales, protestando por las políticas “neoliberales” implementadas, enterados de que el intendente estaba en ese restaurante, se acerAlen al lugar con bombos, bombas de estruendo, cacerolas, silbatos. El ruido se volvió ensordecedor. Los empleados llegaron a tirar algunas gomas viejas en la vereda y a prenderles fuego por lo que además el humo y el olor comenzaron a desarmar el clima del lugar.
Sin embargo, a diferencia de lo que había ocurrido en la noche anterior con los vecinos de sus suegros, aquí la solidaridad para con el intendente de los presentes no se hizo esperar. Un hombre gringo y corpulento, como de unos 50 años, se levantó desencajado y salió a la vereda a trompearse con los manifestantes. El intercambio de insultos fue breve y luego se trenzaron directamente a golpes de puño. Otros diez o doce hombres salieron a defenderlo desde dentro del restaurante, y entonces todo se volvió un caos.
Los guardaespaldas se acerAlen al intendente y le sugirieron con firmeza que dejara el lugar tanto él como su familia y que partiera por una puerta de atrás. Un vidrio entero de piso a techo fue roto por un piedrazo. En ese instante llegó la policía con varios patrulleros que intervinieron dispersando a los manifestantes con gases lacrimógenos y golpes de bastón. Pero mientras corrían los más aguerridos, tomaron un automóvil estacionado en la esquina y lo dieron vuelta para incendiarlo. El fuego de ese automóvil y la posterior explosión dio a toda la zona un panorama dantesco. Aparecieron unos encapuchados con sus propias remeras y con palos en la mano y comenzaron a golpear y romper vidrios de los otros autos y de las vidrieras de la calle Yrigoyen. Pintadas de “andate liberal hijo de puta” quedaron impresas en paredes y veredas.
A esta altura Martín, Alejandra y sus cuatro hijos, subían por el patio de atrás del lugar a una combi de la Policía de la Provincia de Córdoba. El sargento, a cargo de ese operativo, en forma seca y firme le preguntó al intendente: “tengo entendido que el gobernador lo espera a Ud en sus oficinas a las 15 hs y son las 14:30 hs. Qué hacemos con su familia?” La pregunta que sonaba como si su esposa y sus hijos en ese momento fueran un lastre que nadie sabe donde meter, ofendió de tal manera a una de sus hijas, que comenzó a llorar desconsoladamente. Cuando Martín la intentó calmar ella le gritó: “No Papá, aguantamos que vos hagas lo que tenés que hacer. Pero no vamos a aguantar sin llorar, por lo menos” Martín estaba deshecho. La variable familiar sí que podía llegar a hacer que él dejara todo como estaba y se volviera a cuidarlos. Su amor por ellos era incondicional y por eso le dolía tanto que ahora sus hijos creyeran que él era capaz de abandonarlos o ponerlos en riesgo, con tal de cumplir con su vocación.
La combi dejó a su familia en el hotel. No hubo mayor tiempo para despedidas. En el camino, el intendente había visto por lo menos cuatro focos de peleas en distintos lugares entre militantes que se expresaban en contra de las medidas adoptadas y vecinos completamente alineados con esas políticas. “Vayan a laburar manga de hijos de puta” era la frase que se escuchaba en boca de los vecinos más enfervorizados”
15:00 hs Llegó al Centro Cívico para reunirse con el gobernador y con sorpresa vio que lo esperaban todos los periodistas. “’¿Qué viene a hacer?” le preguntaron de una y mil maneras.”¿Por qué no se anunció con anticipación y en forma oficial esta primera reunión entre el gobernador y usted?”
“El gobernador me ha convocado” respondió sin dar mayores detalles. “Pero el gobernador acaba de decir antes de entrar que usted había pedido una reunión urgente porque sentía que la situación se le estaba yendo de las manos” lanzó uno de los periodistas. Martín siguió caminando cargado con todos los periodistas a su alrededor como si fueran partes de un enjambre. ¿Por qué el gobernador se mandaba esta maniobra? ¿Acaso el lío que se había armado en el restaurante estaba organizado y la gente del gobernador tenía algo que ver? Especuló por un momento. De repente paró su marcha y encarando a los periodistas dijo:
“No importa quien pidió la reunión y no importa si es oficial o no. Si fuera en mi oficina podrían seguir la reunión por la cámara instalada, porque yo no guardo secretos. Pero será aquí. De todas maneras yo les informaré a la salida. En lo que a mi respecta estoy llevando adelante el programa por el que me votaron los cordobeses hace cuatro meses. Y lo estoy haciendo con una estrategia muy definida: todo junto y al comienzo de mi mandato para que luego no haya sorpresas. En esta reunión voy a corroborar si cuento con el gobernador o no para avanzar en estas reformas profundas. Veremos.”
Ingresó al hall de la oficina del gobernador. Allí lo esperaban dos de sus secretarios que habían sido llamados por él para que lo acompañaran a la reunión. Cuando se abrió la puerta el propio gobernador salió a recibirlo y saludarlo. Pero se sorprendió cuando vio a los otros dos funcionarios y mirando al intendente le dijo: “me gustaría que esta primera reunión sea a solas.” “No, Sr. Gobernador -respondió el intendente-. Para mantener el carácter institucional de estas charlas, en mi caso, quiero que seamos acompañados por funcionarios que den fe de lo que acordemos y de lo que no.” La molestia del gobernador se notó de inmediato en su cara. “Mirá Martín: me gusta lo que estás haciendo, sos un tipo joven y con un gran futuro. Estoy dispuesto a apoyarte. Pero no cagues más arriba del culo. Yo soy el gobernador y yo soy el que da las reglas de cómo son las reuniones que se hacen en mi oficina. Si me querés de amigo, entonces bajá un cambio. Si me querés de enemigo, entonces aquí se termina la charla.”
Miles de cosas pasaron por la mente de Martín en ese segundo. Su párpado le tembló levemente como le había ocurrido otras veces en su vida con cosas que lo sacan de quicio. Estuvo a punto de mandarlo a la mierda al gobernador. Pero trago saliva y respondió: “Que sea como usted indica gobernador. Amigos, espérenme aquí afuera.” Ingresó a la oficina y cerró detrás de sí la puerta.
Todos los testigos de este intercambio inusualmente duro -tanto los secretarios de Martín, como la secretaria del gobernador y el responsable de protocolo- quedaron como congelados, como absorbiendo la tensión de dos boxeadores antes de comenzar la pelea. “Increíble” remató uno de los secretarios y se sentó a esperar.
“Martín -comenzó a hablar el gobernador- Tengo muchos temas para conversar con vos. En especial esas jugadas que te estás mandando con la cuestión de la seguridad y que me estás armando un quilombo bárbaro con un tema que le compete a la provincia, en realidad. También eso que has anunciado de que me vas a pasar los hospitales y las escuelas y que me pedís que te transfiera todos los dispensarios…. En fin. Pero hoy te he llamado por una sola cuestión puntual que me preocupa y me afecta.”
Martín guardó silencio con alguna curiosidad por saber qué tema sería, además de los gruesos ítems que ya había señalado, el que pudieran acaparar la atención del gobernador.
“Me comentó Joaquihna que no aceptaste la oferta que te hicieron para habilitar los casinos en la Ciudad de Córdoba. Eso es una locura, Martín. Y a mi me afecta directamente porque la mi próxima campaña va a estar financiada por esos fondos. Vos también tenés que pensar un poco en tu futuro. Yo llevo muchos haciendo política, Martín. Y puedo decirte que siempre pasa lo mismo: todo el mundo te quiere, todo el mundo te apoya. Pero cuando llega la hora de presentarse a la próxima elección nadie quiere poner un mango para financiar los gastos impresionantes que suponen una campaña política. Vos has visto lo que salen ahora. No hay plata que alcance. Si no sos capaz de financiar tu propia campaña entonces tu carrera, no pasará de esta suerte circunstancial que te dio el destino de ser intendente de Córdoba. Pero no creas que esa suerte se repetirá siempre. Ahora ya sos un político profesional y en la próxima campaña no será tocando timbres de los vecinos que podrás ser gobernador, por ejemplo.”
Martín hizo un gesto de que iba a empezar a hablar, pero el gobernador lo interrumpió antes de comenzar. “Sé que sos un tipo de valores y además medio tozudo, así que no es mi idea la de convencerte de pagar el costo político de desdecirte de todo lo que has defendido en la campaña. Pero tengo una propuesta para hacerte: Yo lanzo públicamente esta cuestión de que quiero construir un centro internacional de convenciones y un casino en un lugar estratégico de la Ciudad de Córdoba que depende directamente de la provincia. Y vos salís y afirmás que estás en contra de la iniciativa, pero que no depende de vos. Que está en manos del gobernador decidir si se hace o no. Te abrís de la cuestión y yo avanzo y cumplo con esta gente.”
“Joaquihna me confirma que si estás dispuesto a hacer esto, de todas maneras, estarían dispuestos a depositarte los 10 millones en una cuenta en el exterior, aunque no pagarían tu campaña provincial. Deberías usar esos 10 millones para financiarte vos mismo.”
“Gobernador -dijo Martín sin dudarlo- ya le dije a ella y se lo repito a usted que mi respuesta es no” respondió lacónico.
“Ay Martín, Martín. Vos no te das cuenta de lo frágil que es tu posición! Estás contento con tus primeros cuatro días de gobierno y tu carrera de anuncios lanzados a la estratósfera. Pero si yo quiero, en una semana te queman la ciudad, y salen los empleados, los choferes y hasta los choros a volverte loco. Así que no me subestimes. Como última instancia de esta negociación yo te ofrezco de la parte que a mi me corresponde otros 10 millones de dólares por lo que tendrías, por la sola tarea de hacerte el boludo y mirar para otro lado 20 millones de un día para el otro. ¿Sos consciente de lo que te estoy ofreciendo Martín? Yo no voy a chuparte la pija como Joaquihna. Pero creo que si lo pensás dos minutos, no deberías decir que no. Con plata en el bolsillo podés llegar hasta la presidencia. Sin plata, vas a terminar muy mal…”
Martín se sintió asfixiado por la negociación que estaba intentando su interlocutor. Tragó saliva y dijo: “Gobernador: el que avisa no traiciona. Quiero que sepa que llevo instalado en mi cuerpo una cámara oculta por lo que toda esta conversación ha quedado registrada. Guardaré estos registros bien guardados, sólo para garantizar mi seguridad personal y la de mi familia. La respuesta es no y este tema en lo que a mi respecta ha terminado.”
“Lo lamento tanto, Martín. Para mi también terminó esta reunión.” Apenas terminó de decir la última letra, el secretario de protocolo ingresó a la sala y pidió a Martín que lo acompañara a una sala contigua antes de partir. Martín saludó al gobernador e ingresó a esa sala, acompañado por el secretario. Pero en el momento en el que cruzó la puerta, dos agentes de seguridad, vestidos con trajes negros, lo tomaron con firmeza de ambos brazos y lo pusieron contra la pared de una forma violenta. Rápidamente abrieron su camisa y lo palparon por todo el cuerpo. Martín se enojó e hizo un además como de querer sacárselos de encima. Uno de los agentes le propinó una trompada directamente en el estómago que lo dejó sin respirar en el suelo. Se paró apenas recobró el aire y enardecido empezó a gritarles e insultarlos como si estuviera peleando con alguien en la popular del Estadio Kempes. Pero el agente le dio una segunda trompada en el estomago que lo dejó tirado en el suelo, ya sin habla. “Al gobernador no se lo amenaza con cámaras ocultas, Martíncito. Y si te seguís haciendo el vivo le vamos a hacer esto mismo pero a tu señora y a una de tus hijas. No te hagas el pelotudo porque vas a cobrar en serio.” Abrieron la puerta que conectaba con la oficina del gobernador y antes de cerrarla, desde el piso Martín pudo ver dos tacos de mujer y unas piernas largas y hermosas. No había duda: eran las piernas de Joaquihna. La puerta se cerró.
15:30 hs El intendente y sus dos secretarios receptaron a los periodistas a la salida del Centro Cívico. Martín ya se había recuperado aunque le dolía. No le comentó nada a sus amigos. “¿Qué nos puede contar de la reunión Intendente?” “Estoy muy satisfecho con esta primera reunión informal que hemos mantenido con el gobernador. El me ha dado su total y completo apoyo para todas las medidas que estamos tomando y me ha anticipado que nos reuniremos para la instrumentación de aquellas en las que se ve involucrada la provincia, durante las próximas semanas. Veremos si cumple.”
“Intendente: qué puede decir de ese comentario que había hecho el gobernador de que usted venía a pedir ayuda porque el asunto se le estaba yendo de las manos” preguntó uno. “No creo que haya dicho eso, porque la situación no se me ha ido de las manos, ni mucho menos. Estoy convencido que estoy operando esta transformación con el apoyo explícito de más del 80 % de los cordobeses. Y mientras eso sea así, ninguna trifulca ni caos armado nos va detener. Ahora les pido que nos dejen volver a la Municipalidad porque vamos a hacer los otros anuncios que tenemos previstos para este día.”
El dolor de las dos trompadas en la boca del estómago se mantenía. La pantomima de la cámara oculta, había sido -sin duda- un error. Mientras volvía en la combi, extrañó a su mujer y a sus hijos. Los llamó y les preguntó cómo estaban. Alejandra le ocultó la verdadera situación (eso estaba claro). Pero le agregó un dato que profundizó la herida: “llamé a uno de los amiguitos de María para que se viniera a jugar al hotel con ella. Pero la madre me dijo que temía por su hija y que mejor no.”
Cuando la combi ingresó al subsuelo de la Municipalidad, Martín miró para el lado donde estacionaba su auto, como si una intuición le hubiera marcado que nada bueno vería allí. En efecto, su auto tenía los vidrios todos destrozados y con un aerosol le habían escrito en el capot: “renunciá ya, liberal hijo de puta”.
Martín se enmudeció y empezó a llorar. Los secretarios se quedaron atónitos. También el sargento que lo había acompañado durante todas estas horas. Nadie atinó a decir nada. Ni siquiera a acercarse ni contenerlo. El llanto duró cuatro o cinco segundos. Luego se detuvo. Levantó la cara, se secó las lágrimas. “Necesitaba descargar un poco de tensión” se justificó. “Vamos que el show debe continuar”
16:30 hs Ya todo el mundo sabía de la casa destruida, del auto destruido, se habían pasado una y mil veces las palabras de su mujer pidiendo apoyo para el intendente. “Intendente, en la encuesta que acabamos de terminar el porcentaje de apoyo ha superado el 92%! Es increíble lo que ha logrado con las medidas anunciadas a lo largo de hoy respecto a la seguridad. Felicitaciones” le señaló su asesor.
Mientras caminaba por el pasillo hacia la sala principal de la municipalidad, apareció su entrañable amigo Marcos, que nada tenía que ver con la política ni con todas estas cuestiones, pero era su mejor compañero desde la infancia. Martín lo separó por un momento a solas metiéndose en uno de los cubículos que tenía más cerca, y solicitando al empleado que allí trabajaba, que los dejara solos por un momento. “Marcos: estoy en el medio de un terremoto, y tengo a mi familia a la intemperie. Anoche destruyeron mi casa, en la de mis suegros ya no puedo estar. Mi auto fue destruido. Y Alejandra y los chicos están viviendo en un hotel. Tengo que darle una solución inmediata a este tema y necesito que te pongas 24 horas de cabeza y me ayudes. Tengo que comprar una casa en un barrio seguro, amoblar la casa, arreglar mi auto, y poner a salvo a los chicos. Se que estás con mucho laburo y miles de quilombos personales. Pero no se a quién pedirle ayuda en este tema tan personal…” una nueva lágrima se le asomó por los ojos. “Despreocupate Martín. Yo me encargo. Ahora me voy al hotel a hablar con Alejandra. Y Me dedico a full a este tema, hasta que lo tenga resuelto. Concentrate vos en este quilombazo que estás haciendo y que hacía tantos años que todo el mundo esperaba. Hay cientos de miles de personas apoyándote Martín. Yo me encargo de tu familia. Y gracias por pedírmelo. Es un honor para mi.” Al intendente le pareció raro que la respuesta de su amigo fuera, tan emocionada y a la vez tan formal. Pero supo que también a él -incluso a su mejor amigo- algo le había cambiado. Ya no hablaba con su amigo Martín. Hablaba con el intendente que estaba haciendo historia. Sin embargo, esta vez, esa proyección lejos de ponerlo contento, lo entristeció.
Se sentó a un costado del flamante Secretario de Seguridad y lo escuchó con atención. “Queremos comunicar a la población que a la par del lanzamiento de la Guardia Municipal, lanzaremos el proyecto “noches seguras”. Con un control exhaustivo por parte de la Guardia Municipal (que integrará también a los inspectores de espectáculos nocturnos) de todos los aspectos que hoy están completamente fuera de quicio en la diversión nocturna.” Los anuncios como éstos, en boca de un general retirado con la prestancia y el talante de Arturo, adquirían un carácter solemne y sobre todo inexorable. Nadie podría pensar que eso que se estaba diciendo, este hombre -y el intendente- no lo harían.
“El proyecto prevé determinar áreas especiales de la ciudad fijadas por la Municipalidad para espectáculos públicos, bares, restaurantes y confiterías con privilegios de seguridad de la guardia municipal que patrullará con especial intensidad la zona, horarios especiales de transporte público con alta frecuencia, iluminación, control, etc. a cambio de condiciones especiales y prohibiciones respecto al consumo de alcohol, drogas, horario de apertura y de cierre de boliches, etc. Este espacio estará en vigencia para la próxima primavera con todos los detalles ya instrumentados.”
“A la par queremos avisar que desde hoy se lanza el operativo permanente de control de alcoholemia y drogas en los conductores de vehículos en la ciudad, los 365 días del año. Este operativo comenzará esta misma noche. Nos acoplamos a la regulación provincial, por lo que el nivel de alcohol en sangre deberá ser cero. Las multas se equiparan a las que en este momento está imponiendo la caminera provincial. Queremos avisar a todos los vecinos que seremos inflexibles en la aplicación de esta normativa.”
“Sabemos que esto supone un cambio profundo en la cultura de consumo de alcohol que se ha desarrollado en los últimos años. Pero en este caso es tan simple como esto: si querés tomar, tenés que garantizarte que otro maneje y que ese otro no tome.”
“En el caso de los menores, vale advertir que también seremos inflexibles en controlar la prohibición de venta de alcohol a menores de 18 años y que en el momento en que encontremos un lugar que ha infringido esta regla, el cierre del local será automático.”
Cuando el locutor le dio el turno al intendente de hablar, éste tomó el micrófono y sin vacilar dijo: “A estos importantes anuncios que está haciendo nuestro Secretario de Seguridad quiero agregar lo siguiente. Nuestro Secretario de Servicios va a instrumentar un sistema de apoyos económicos para aquellos vecinos que organicen la instalación de alarmas comunitarias y sistema comunitarios de vigilancia en los barrios. Nuestro objetivo es que el 100% de los barrios de Córdoba logren tener un sistema adicional de seguridad, con móviles y alarmas, y gestión conjunta con los vecinos de los aspectos preventivos, más allá de que sean barrios pudientes que puedan pagar su seguridad privada o barrios humildes donde tengamos que dar, desde la Municipalidad, una ayuda económica especial.”
“Todo esto vendrá a complementar la tarea de la policía provincial que sigue siendo la principal responsable. No venimos a suplantar a la policía provincial, ni sería lógico que, al ver que tenemos nuestros hombres apostados en una zona, los policías provinciales se vayan a otro.”
“Lo que hemos acordado con Arturo es que nuestra guardia municipal no tendrá despliegue territorial, porque si no necesitaremos muchos hombres, sino que trabajaremos por objetivos: cuidaremos el centro y la zona bancaria durante la mañana donde se concentran los ladrones y malvivientes, acompañaremos a la gente en las paradas y zonas oscuras cuando regresa a su casa, a la noche en la costanera del río y en la circunvalación para que no apedreen a los autos, y así poniendo tecnología y gente en las situaciones que sabemos que generan posibilidad de robo o hurto. En definitiva movilizaremos a nuestra fuerza con criterios de inteligencia.”
“Aprovecho esta ocasión para agregar, para anunciar, que desde el lunes quedará prohibido el ingreso de carros a la Ciudad de Córdoba y la venta callejera de vendedores ambulantes o centros precarios de venta de comida, café, etc. Los carreros serán convocados para tareas de reciclado de basura en el centro que ya está construido y que ahora está tomado por sólo un grupo de carreros. Vamos a garantizar que haya oportunidades para todos allí. Pero no podemos seguir dejando que transiten por nuestras calles esos carros precarios con caballos maltratados. Cuando detectemos un carro de este tipo, vamos a decomisarlo al igual que el animal, en el acto.”
“En lo que respecta a la venta ambulante, tenemos que ser conscientes los cordobeses que esa gente que pone un puesto callejero le está compitiendo a un vecino que ha invertido en un local, en estar en blanco y pagar todos sus impuestos así como contratar gente de manera formal. Nosotros no vamos a permitir que esto suceda: que la competencia desleal perjudique al que trabajó seriamente y en el marco de la ley. También vamos a decomisar el puesto y toda la mercadería y cuando tengamos nuestra cárcel municipal, para aquellos que reincidan en esta falta, tendrán la máxima pena de reclusión.”
Cuando llegó el momento de las preguntas de los periodistas uno hizo la primera: “¿Qué pasará con los vendedores de artesanías? ¿Ellos también entran en la categoría de vendedores ambulantes informales y serán decomisados en su mercadería?” Martín respondió: “Los vendedores de artesanías serán concentrados en lugares especiales de la ciudad, alternativos al Paseo de las Artes, con los servicios básicos garantizados y la formalidad de su actividad. Pero aquellos que no trabajen en esos lugares especiales, sino que se desplieguen en cualquier lado, sí, serán tratados como vendedores irregulares.”
Uno de los periodistas le preguntó: “Intendente. Está previendo que esa Cárcel municipal que va a construir tenga grilletes y también picana?” Los otros periodistas se rieron a carcajadas por la inusitada pregunta pero no Martín. “Por ahora no” dijo con una leve sonrisa.
Mientras salía de la sala, otro periodista de un programa de humor se le acercó por el pasillo con un “regalo” para él y una pregunta. El regalo era un bigotito de Hitler para que se lo pusiera. “Y así nos hace el siguiente anuncio intendente: que en los anuncios de mañana van a por los gitanos, por los rastas y los seguidores de la música electrónica que se drogan y toman pastillas. Todos ellos tendrán abono permanente para dormir en nuestra cárcel municipal” dijo en sorna el periodista remedando al intendente. “Vamos intendente, acepte una broma, pongase los bigotitos, vamos!” “Ni loco” dijo Martín, intentando ser amable y sonreír pero con un día demasiado cargado como para lograrlo fácilmente. “Qué mala onda este intendente” remataba el periodista mirando la cámara mientras Martín se alejaba por el pasillo. “Ese es el problema con la gente de derecha: no tienen sentido del humor. Adelante estudios centrales”
Mientras salía de la sala, otro periodista de un programa de humor se le acercó por el pasillo con un “regalo” para él y una pregunta. El regalo era un bigotito de Hitler para que se lo pusiera. “Y así nos hace el siguiente anuncio intendente: que en los anuncios de mañana van a por los gitanos, por los rastas y los seguidores de la música electrónica que se drogan y toman pastillas. Todos ellos tendrán abono permanente para dormir en nuestra cárcel municipal” dijo en sorna el periodista remedando al intendente. “Vamos intendente, acepte una broma, pongase los bigotitos, vamos!” “Ni loco” dijo Martín, intentando ser amable y sonreír pero con un día demasiado cargado como para lograrlo fácilmente. “Qué mala onda este intendente” remataba el periodista mirando la cámara mientras Martín se alejaba por el pasillo. “Ese es el problema con la gente de derecha: no tienen sentido del humor. Adelante estudios centrales”
17 hs Martín se sentó en su escritorio. Vio la cantidad de papeles y cosas que se le habían acumulado en estos dos días y suspiró. La ventana estaba finalmente arreglada. “Por fin”. Durante un minuto tuvo la sensación de que su vida podría tranquilizarse un poco. Vio por la ventana los enormes árboles de la plaza contigua recibiendo el sol de otoño con sus hojas cayendo. Respiró profundo, como le había enseñado su suegra que indicaba el gurú hindú que había visitado Córdoba. Todavía sentía los golpes que había recibido en su estómago. Se desenganchó la corbata. Nadie entraba a la oficina. Se sacó los zapatos y levantó los pies apoyándolos sobre el escritorio, por un momento, como si estuviera ventilando las medias azules. Estos días habían sido tan frenéticos que ni siquiera se había dado esta oportunidad de disfrutar el haber llegado donde estaba. Cerró los ojos.
Levantó el teléfono y le pidió a su secretaria si podía traerle un te. Ella le respondió: “sí, Martín. Y junto con el te, llevaré un tema urgente”. Prendió la tele, manteniendo la misma posición, pero poniéndola en mute para no romper el momento. La sorpresa fue que en ese momento por el canal principal estaba apareciendo él mismo en su oficina, en vivo y en directo, con sus pies sobre el escritorio. El canal estaba tomando la señal de la cámara en forma directa desde su oficina y pasaba el momento con una leyenda abajo que decía: “¿Se cansará nuestro intendente?”
Tuvo la intención de bajar rápidamente los pies y ordenarse. Pero decidió quedarse así hasta que ingresara su secretaria. Apagó la televisión. Ese video comenzó a circular por las redes sociales con mensajes en sorna y también en serio: “no descanse Sr. Intendente. Todavía queda mucho por hacer”
La secretaria ingresa con el te y su agenda llena de papeles. “Intendente: a las 5 tenía que estar dando una charla en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Córdoba. Es un compromiso que asumió cuando estaba en campaña: que el cuarto día iría a conversar con ellos. Los llamé para decirles que había sido un día terrible para usted y que estaba muy demorado. Pero insistieron una y otra vez y dijeron que lo esperarían todo lo que haga falta.”
“Lo que pasa es que tengo el auto destruido…pero no quiero fallarles a esos jóvenes. Llámelo a nuestro amigo cacho, el taxista, a ver si me lleva.” La secretaria lo miró sonriendo, pensando que lo decía en broma. Pero luego vio que lo decía en serio. “Ahora mismo lo llamo”
A las 17:30 hs el intendente partía en taxi desde la intendencia con rumbo al campus de la católica. En otro taxi, los guardaespaldas intentando seguirlo. Antes de subir, lo intercepta Jaime de Villa Hermana Sierra. “Intendente, aquí tengo el listado de delincuentes y narcos que nos pidió para producir una “limpieza” del lugar”. El intendente lo increpó en forma cariñosa pero decidida: “Jaime: no estuvo bien la trompada que le diste a Gimenez” “Sí, perdón, por intentar defenderlo a usted, la terminé cagando”. “Bueno, Jaime me tengo que ir” Se dieron la mano y partió el taxi. Lamentablemente la entrega de ese papel y la mano extendida del intendente agarrando la del militante, quedó registrado por un fotógrafo que luego publicaría en su twitter: “¿es ésta la prueba de que el puntero fue enviado por el intendente a golpear a Gimenez a la manifestación?”
La charla con el taxista le sirvió muchísimo pues le daba el pulso de la calle. “Le juro que lo ama la gente, Martincito. No se me venga abajo por lo que hicieron con su casa y con su auto y lo que le pasó en el restaurante. Es increíble el apoyo que le está dando todo el mundo. Yo creo que si usted los llama, en este momento, se juntarían 2 millones de personas frente a la municipalidad para apoyarlo.” La idea era tentadora.
Cuando llegó al campus de la católica se sorprendió. Desde la entrada y durante el largo trayecto hasta la facultad de Ciencias Políticas, más de dos mil jóvenes se encolumnaban a la derecha y a la izquierda de la calle para aplaudirlo y ver en persona a este fenómeno raro y nuevo de la política de Córdoba.
Alguien había dicho que, a pesar de representar en su aspecto a la nueva generación (al ser un tipo que no sólo era sino que aparentaba ser muy joven) nunca podría establecer un vínculo fuerte con los más jóvenes por ser tan liberal en lo económico y tan conservador en lo moral. Pero esta foto no indicaba nada de eso sino todo lo contrario. Había fervor en esos jóvenes y muestras claras de apoyo y admiración.
El salón de la facultad tenía capacidad para unas 500 personas pero en el lugar había aproximadamente unos 3.000 jóvenes y profesores y autoridades que se habían sumado. Por eso habían decidido trasladar todo afuera y la gente se había sentado sobre el verde del campus a esperar al intendente.
Cuando bajó del taxi, lo esperaban los periodistas que no dejaron pasar la anécdota del “intendente que llegaba en taxi” en sus crónicas a sus respectivos medios. El intendente los recibió en forma amistosa.
“Ha sido un día largo muchachos. Les agradezco por la forma en que están siguiendo y cubriendo todo lo que hacemos. Sus críticas son bienvenidas. No quiero dejar pasar esta oportunidad que estén todos cubriendo este encuentro con estudiantes de esta universidad para comentarles la última medida que vamos a tomar en el día de hoy. Mañana, convocaremos a un cuerpo de juristas prestigiosos de todas las universidades de Córdoba para ordenar toda la normativa municipal, incluyendo las nuevas normas propuestas por esta gestión, la que proponga el Foro Permanente de Políticas Municipales, hasta llegar a tener una normativa simplificada que pueda ser llevada -como un librito simple- por cualquier vecino que lo reclame en las dependencias públicas.”
“Mi intención es llegar a fin de año con este digesto municipal ordenado y aprobado por el Concejo Deliberante. Porque si estamos diciendo que la ley debe ser rigurosa y pareja para todos, sin distinción, lo primero que debemos hacer es que todo el mundo la conozca y le resulte sencillo acceder a ella.”
Un periodista lo sacó del tema para preguntarle sobre la coyuntura. “Intendente. ¿Quién está -según usted- detrás de los atentados que ha sufrido anoche su casa y hoy su auto?” “No lo sé -respondió pensativo-. Sí sé que, los que querían golpearme con esta acción, me han hecho mucho daño, porque me ha costado mucho tener mi casa y mi auto. Pero bueno. Mi familia está bien, está protegida y no serán estas acciones las que detengan nuestro proyecto de transformación de la municipalidad y también de la política. Estamos sembrando una semilla que si crece, puede cambiar el país”
Martín se sentó frente a toda la gente congregada en ese atardecer idílico que teñía de naranja todo el campus y hacía juego con las hojas secas esparcidas por todos los árboles. Un cierto aire frío de otoño corría ya a esa hora, pero nadie se veía muy preocupado por el clima.
Tomó aire -recordó por un momento su etapa universitaria, pero en la universidad nacional de Córdoba- y comenzó a hablar. Las cámaras de los tres canales y las dos principales radios se habían llegado hasta allí con sus cámaras para hacer una transmisión en vivo. Sin llegar a ser una “cadena oficial” por parte del intendente, sus palabras se escucharían en vivo y en directo en los medios más importantes de Córdoba y llegarían a todos los cordobeses. “El motivo es muy simple -le decía un responsable de la transmisión a un amigo- Martín tiene rating y por eso lo cubrimos. Seguramente lo haremos hasta el día en que… deje de tenerlo” concluyó con la ironía del que ha visto ascender y descender a muchas figuras.
“Chicos, chicas -saludó Martín haciendo callar a la multitud- Hoy ha sido un día terrible para mi. Amanecí con mi casa saqueada, rompieron mi auto y ni siquiera me han dejado almorzar tranquilos con mi familia. Tengo media municipalidad de paro. Tengo 200 hombres y mujeres trabajando en tiempo real las medidas que estamos tomando y anunciando, para que rápidamente puedan instrumentarse, muchos de ellos que no duermen desde hace más de quince días, ni ven a sus familias.
¿Por qué motivo he accedido a venir a conversar con ustedes en un momento tan complicado? Yo no soy un hombre de buena dialéctica para los discursos. Me gusta ser directo e ir al grano. He accedido a venir no sólo porque se los prometí en la campaña sino además porque tengo que pedirles un favor.” La audiencia se sorprendió por este comienzo y se predispuso con mucha curiosidad a escuchar lo que iba a pedirles.
“Córdoba está muy golpeada anímica y moralmente por tantos años de desidia, de mediocridad y de corrupción. La gente de mi generación y los que tienen más años están completamente desmoronados. No creen que pueda revertirse esta situación de decadencia del país. De alguna manera, han perdido las esperanzas…
Pero ustedes constituyen como un ´reservorio de esperanza´. No exagero si digo, que ustedes son los únicos que pueden llegar a reconstruir las bases morales sobre las que se vuelva a levantar nuestra ciudad y nuestro país. Esta tarea no es joda -perdón por la palabra, pero es así- Es una tarea de una magnitud que no se si podrán hacerlo. Pero si no lo intentan finalmente el país se los llevará puesto a ustedes también y no quedará nada para las próximas generaciones. Podría decirse que, a esta altura, vuestra esperanza no es un derecho o un bien que pueden atesorar en sus corazones para ver cuándo y cómo lo utilizan. Es una obligación de vuestra parte, compartirlo. Y compartirlo ahora. La esperanza vence al miedo.”
El silencio de esas miles de personas era sepulcral. Había una cierta tensión en ese silencio. Una admiración por este joven, no tan joven, que venía a plantearles lo que ellos ya sabían, pero a su vez un cierto enojo, el mismo que tiene un hijo cuando su padre le recuerda sus obligaciones. Algunos jóvenes hacían cara de incredulidad, de escepticismo. Pero de alguna manera esas palabras le estaban tocando el alma y estaban robando toda su atención.
Martín continuó hablando: “Hoy en nuestra ciudad, permanecemos separados todos, a pesar de los miles de esfuerzos que se hacen por unirnos. Esta tendencia tiene que revertirse en 180 grados. Tenemos que buscar la fórmula para permanecer unidos a pesar de todo lo que busque separarnos.”
Martín tomó el vaso de agua y lo bebió con tranquilidad. Esos pocos segundos se hicieron eternos en el silencio de la audiencia. Era como si esa agua estuviera regando la semilla que este joven acababa de sembrarles en el corazón de esos chicos y chicas, no acostumbrados a un discurso tan directo.
Continuó: “Un miembro de la Juventud de nuestra fuerza política, igual a ustedes, me dijo hace un tiempo: ´tengo bien en claro lo que no somos, pero no tanto lo que sí somos´. Creo que eso nos ha pasado a los argentinos en todos estos años. Hemos puesto tanta energía en criticar todo lo malo que hemos sufrido por los comportamientos tan errados de nuestros políticos y nuestras instituciones, que no hemos dedicado el suficiente tiempo para definir lo que sí queremos de este país y cómo lograrlo.”
“Yo quiero contarles entonces en qué creo y por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo. No les estoy pidiendo que crean lo mismo que yo. Sólo quiero compartirlo y luego ustedes decidirán.”
“Yo creo que la política tiene como objetivo construir la base para que la gente se realice y por lo tanto alcance la felicidad. La verdadera felicidad de una persona pasa por realizar el destino que cada uno se traza en la vida y en eso no tiene nada que ver el Estado. La política no puede realizar el destino de cada uno, pero si puede sentar las bases. Esas bases son el bien común. Todo lo demás que intente hacer, es una intromisión y también es una subestimación de lo que cada hombre es capaz de hacer, si le dan las herramientas mínimas y lo dejan crecer en libertad.
La clave está en la libertad de las personas. Si tenemos eso como parámetro intentaremos inmiscuirnos lo menos posible en decisiones que son de cada persona y nos concentraremos sólo en lo que atañe a lo público, a lo que es de todos. Al Estado. De lo demás, la política está “privada” de actuar.”
“Si alguien nos pregunta por qué estamos trabajando. Por qué estamos haciendo todo lo que estamos haciendo, creo que el resumen sería así: Trabajamos por devolverle el protagonismo que debe tener cada persona para realizarse en su vida. A esta altura y en una Argentina como la que vivimos, una propuesta como ésta es completamente revolucionaria. La visión transformadora de una historia argentina signada por subestimar al ciudadano común, por utilizarlo como instrumentos de supuestos proyectos colectivos que prometían la libertad y la igualdad, pero al final del camino y no al comienzo, como la planteamos nosotros.”
“Con esa arrogancia se han justificado guerras, matanzas, abusos a los derechos humanos, fraudes electorales, rupturas de los períodos democráticos, intervenciones y planificaciones económicas y sociales pergeñadas en “laboratorios”… Los nacionalistas, los revolucionarios, los liberales y los socialistas, la izquierda y la derecha, el peronismo y también el radicalismo han tenido en algún momento de su intervención histórica esa vocación totalitaria. Han subestimado a los argentinos -en particular a los del interior- y su derecho a decidir sobre su propia vida.”
“Tenemos un desafío de gran magnitud y esa es nuestra misión: revertir esa historia de mesianismo y de totalitarismo -sólo interrumpida por algunas excepciones- y producir una fuerte intervención sobre la distorsionada política que hoy produce Córdoba y el país. El objetivo no es un nuevo proyecto mesiánico que reemplace a los anteriores. Es mucho más concreto: es garantizar los medios desde la política para hacer efectivo ese protagonismo ciudadano, individual y comunitario.
“Nuestro deber es asegurar la base común. Después será cada argentino -y tal vez sea éste el desafío más difícil de lograr- el que deba asumir la importancia de su participación y su protagonismo como pieza clave de la realización que busca. Nosotros habremos cumplido nuestra tarea si garantizamos las condiciones para que eso ocurra.”
“Es por eso que estamos acercando el poder a la gente común, descentralizando a los cpc entregándoles personal y presupuesto. Dejando que la gente elija al director de esa institución y también al concejal de su zona, sin necesidad de que sea de un partido político tradicional. Incluso vamos a dejar en un tiempo más que llegue a elegir al Secretario de Seguridad de la ciudad -el comisario de la ciudad-.”
“Y por esto mismo estamos publicando todo en internet, y filmando todas las reuniones que mantenemos en nombre y por cuenta de los vecinos. Y transparentando el sistema de concursos y licitaciones. Para que todo proveedor, sin necesidad de ser amigo de tal o de cual, pueda competir. Y en esta misma línea son los concursos que hemos previsto, para que todo hijo de vecino pueda competir en igualdad de condiciones.”
Por algún motivo, la voz de Martín en esa tarde universitaria sonaba de un modo especial. Con la autoridad del que está haciendo lo que dice, del que está actuando según la convicción que ahora profesa. Dicho por otra persona, esos mismos pensamientos podrían sonar a frases hechas, a mentiras. Pero en boca del intendente, esa tarde sonaban como una verdadera proclama para las nuevas generaciones. Los ojos de esos estudiantes se iban encendiendo con cada concepto. Los entendían perfectamente porque era exactamente lo que ellos querían que se hiciera. Pero por alguna razón, habían perdido brillo y fuerza en su corazón. Habían perdido la fe. Pero él los estaba volviendo a iluminar de una manera sencilla, incluso un tanto tosca para el mundo de las sutilezas académicas, pero con una mística que hacía tiempo no se vivía en aquellos claustros. Martín continuó con su reflexión:
“Para lograr este protagonismo de la gente quiero proponerles cinco principios fundamentales que tenemos que seguir a rajatabla. El primero es el que les acabo de resumir: cada persona debe ser para nosotros principio y fin de la política. En la declaración de principios de principios de nuestro partido, en el punto 7, se completa este concepto -Martín se coloca los anteojos y lee-“Si creemos en el hombre como principio y fin, entonces tenemos que defender a la familia que es su nucleo básico donde se forja él y por lo tanto la sociedad. Creemos que la familia debe ser respetada y fortalecida como eje central de todas las políticas sociales. Defendemos la importancia del desarrollo de marcos comunitarios fuertes que permitan la realización plena de las personas en una proyección moderna e integral del concepto de ciudadanía. Aspiramos a una relación armónica del hombre con la naturaleza y alentamos el desarrollo de políticas respetuosas del equilibrio ambiental.”
“En verdad nuestro compromiso es con la realización personal de cada hombre, que integra la comunidad, pues concebimos a la persona humana como única y trascendente, forjada en la unidad del cuerpo y el alma.”
“El fundamento es extenso pero aquí sólo podemos hacer un resumen. Nuestra concepción de la condición humana reconoce la tradición de los grandes credos religiosos judeo-cristianos y musulmanes y también la tradición occidental forjada al calor del pensamiento griego y el derecho romano.”
“El principal argumento viene dado por el vínculo que tiene el hombre con un Dios Creador que lo ha hecho “a su imagen y semejanza”. Incluso -para los que profesan una Fe cristiana- la comprobación de que hay en el mismo corazón de Dios un hombre -Jesús- que, como tal, eleva la naturaleza humana a una categoría superior a cualquier intento de instrumentalizarlo para causas o proyectos. Si el mismísimo Dios Creador, por decirlo de alguna manera, decidió encarnarse en el más humilde de los ranchitos de una tierra lejana -“Ha nacido un niño y está recostado sobre un pesebre”- sería muy contradictorio llenarse la boca del amor al hombre y a todos los hombres, pero “utilizar” para fines colectivos a una persona por muy humilde que sea su condición.”
“¿Acaso estoy proponiendo que la política se tiña de fundamentos religiosos? Nada de eso, queridos jóvenes. Nuestra defensa del hombre como principio y fin de la política es ante todo una decisión política. La sociedad, la nación, el Estado, la comunidad, el mercado, incluso la familia, son meros canales, medios, instrumentos en cierta medida, para la realización de cada persona.”
Martín había transmitido su raigambre cristiana en su versión franciscana condensada en tres o cuatro frases de una profundidad inusitada. Es como que todos esos años de activismo en grupos juveniles parroquiales cuando era adolescente, hubieran sido puestos en su vida para poder decir con el corazón lo que ahora estaba diciendo.
“El segundo principio por el que les propongo trabajar es el de La libertad, único camino posible para la realización de cada hombre. Como cada ser es único e irrepetible, nadie puede decirle a una persona cuál es su destino en esta tierra. No es lo mismo el camino para el que tiene vocación de músico que para el que quiere ser militar o el poeta, el que quiere tener más de 10 hijos que aquel que ni siquiera quiere casarse, etc.”
“Hay una frase griega que resume todos los desafíos de una persona: “llega a ser el que eres”. Esa frase es una convocatoria a desplegar toda la potencialidad que tiene cada persona y que es única. Es una convocatoria muy personalizada. Cada uno verá en qué medida quiere y puede aceptarla y realizarla. En esta priorización de la libertad muchos de nosotros nos acercamos al pensamiento liberal que también pone a la libertad en el centro de la escena política, buscando defender al individuo de los intentos del Estado o de “proyectos superiores” de subordinarlo.”
“La prioridad del hombre por sobre cualquier entelequia que lo subordine a una posible “causa superior” sin su consentimiento parece muy extendida e incuestionable. Sin embargo la experiencia histórica nos muestra que diversas visiones totalitarias como el nacional-socialismo de Hitler, el facismo de Mussolini, en la actualidad los integralismos musulmanes o en el otro extremo aparente, el marxismo y las izquierdas radicales; todos han encontrado supuestos justificativos para subordinar la libertad humana a la realización de un proyecto que, al final del mismo, podrá darle una libertad definitiva.”
“En Latinoamérica, hemos vivido el auge del populismo (que tanto mal hizo a nuestros pueblos) y que va en la misma línea totalitaria. Aunque el caso es más complejo, ya que aquí son las grandes mayorías, manipuladas por el discurso del líder populista, las que legitiman con su voto el abuso del gobernante. Por lo cual le dan un marco democrático y de alguna manera convalidan la limitación de su libertad a la que están siendo sometidos.”
“Luchar contra estos proyectos totalitarios es una de nuestras obligaciones más importantes. Y eso es lo que nos pone en la vereda del frente de los defensores de Fidel Castro, de los que idolatran al Che Guevara, los que ven a Hugo Chavez como un líder al que vale la pena permitirle ciertos excesos y ciertos avasallamientos de nuestras libertades en atención a su lucha contra “el imperio”. Etc.”
Martín estaba metiendo el dedo en la llaga, embistiendo contra ciertos tótems ideológicos que aparecían como intocables en el ambiente universitario tradicional como podría resultar hablar mal del “Che Guevara”. Pero nadie se inmutó ante su embestida. Todo lo contrario: una gran mayoría de esos jóvenes hace rato estaban harto de la diatriba izquierdista. Pero no habían tenido la suficiente voluntad como para pararse y oponerse, planteando alguna alternativa al “discurso universitario dominante”.
“El tercer principio es igual de importante que los anteriores: no hay libertad sin bien común. Aquí es donde nuestras convicciones se alejan de los postulados del liberalismo como doctrina y nos acercan más a las vertientes demócratas cristianas.” señaló Martín, abusando un tanto de sus conocimientos sobre pensamiento político, que no eran muy profundos.
“Nosotros entendemos que la libertad individual no puede ejercerse sino hay una base de condiciones que le permitan el “despegue”. Sin embargo, no caemos en la tentación de los proyectos totalitarios que cargan tanto el concepto de bien común que sofocan la posibilidad de realización personal y además lo proyectan a esta obligación de lo público hasta horizontes inciertos.”
“Nosotros entendemos al bien común como la base previa que debe ser garantizada. Esta base hace referencia tanto a servicios básicos -como seguridad, educación y salud- como a referencias básicas -legales, éticas y morales- que le permitan a la persona encontrar el cauce por donde canalizar su realización.”
“¿Cuán denso y extendido debe ser el basamento de bien común para que la libertad individual pueda ser realizada? Allí es donde comienzan los matices. Una visión demasiado extendida en cuanto a los servicios que deben ser garantizados efectivamente nos acercaría al socialismo. Una visión demasiado densa de cuánto debemos influir en la conformación moral y ética de las personas (a través de la educación y la presión de lo público) nos acercaría a los nacionalismos y al conservadurismo. Una postura excesivamente básica respecto a lo que debe ofrecer lo público al individuo nos arrojaría al liberalismo igualitario.”
“Aquí es donde surge un criterio que es fantástico y que se los propongo para encontrar la solución correcta en cada circunstancia: se trata del principio de subsidiariedad.” El discurso de Martín se había vuelto un tanto complejo y algunos habían dejado de seguirlo por un momento.
“El principio de subsidiariedad indica que no debe hacer una entidad superior lo que puede hacer con mayor eficacia una inferior (en términos de tamaño y de posición en la estructuración social y política). Desde otro punto de vista indica que la autoridad deber resolver los asuntos en las instancias más cercanas a los interesados.”
“De esta manera no debe hacer el Estado Nacional lo que puede hacer el Provincial, ni éste lo que hará mejor el Municipal. Ni tampoco debe desarrollar lo político lo que hará con más eficacia la sociedad civil, la comunidad o la iniciativa privada.”
“De esta manera, nuestro pensamiento deja de ser teórico y abstracto, asumiendo posiciones a priori, y exige pararse frente al caso concreto para evaluar si es necesario que el Estado intervenga y en qué nivel para garantizar el bien común, o debe generarse un ámbito de interacción entre lo público y lo privado, o debe dejarse la cuestión al ámbito estrictamente social o privado.”
“El último principio que les propongo podría acercarnos -a primera vista- al pensamiento conservador. Hemos dicho que las condiciones del bien común no sólo son servicios básicos sino también referencias que necesita la persona para realizarse.”
“Estas referencias morales, éticas, de convivencia, y de principios respecto a lo que está bien y lo que está mal, los conservadores siempre intentan incorporarlas a los cuerpos legales para que se conviertan en obligatorias para la comunidad (los conservadores subestiman lo que el hombre pueda hacer con una libertad muy amplia). En cambio nosotros sostenemos la necesidad de referencias públicas pero construidas a través de procesos de consenso, de interacción entre lo público y lo privado y de construcción de lo que hemos dado en llamar, “ámbitos de posibilidad” entre la pura obligación y la pura libertad. En este sentido nos alejamos del liberalismo que mira con desconfianza estas ideas y nos acercamos a planteos comunitaristas.”
El pensador Amitai Etzioni resume muy bien esta convicción -vuelve a calzarse los anteojos y leer-: "La nueva regla de oro, requiere que la tensión entre las preferencias personales y los compromisos sociales se reduzca gracias al aumento del dominio de los deberes que el sujeto afirma como responsabilidades morales, no el dominio de los deberes impuestos, sino el de las responsabilidades a las que el sujeto cree que ha de responder y que considera justo asumir".
Esta ampliación del dominio de las responsabilidades morales no puede ser impuesto, pero nosotros sí pensamos que puede ser alentado a su reflexión y construcción pública, desde el ámbito del Estado.”
Cuando estaba a punto de cansar un poco por la extensión de la explicación conceptual, Martín se paró de repente y gritó con voz fuerte: “Todo esto que les digo es para que despertemos de una buena vez y construyamos la nueva utopía que nos guíe por los próximos cincuenta años. Ya veremos cuánto cumplimos de ella, pero no podemos seguir caminando sin sueños y sin ideales. Si el destino ha querido que sean universitarios, por algo será. La pregunta es: si no son ustedes ¿quiénes? Si no es ahora ¿cuándo? Y si no es aquí ¿dónde? Ha quedado en claro cuál es su tarea. Queda en ustedes ahora la decisión de si van a cumplirla”
El aplauso surgió como una creciente que llega de golpe sobre un río. Todos se pusieron de pie y lo aplaudieron durante un largo rato. Es seguro que no lo aplaudían por lo que había dicho en cada frase y en cada concepto. Lo aplaudían como referencia.
Mientras recibía los saludos, suena su celular. Es su hijo: “Papá, me gustó mucho como hablaste. Es un orgullo tenerte como papá” Una lágrima se le escapó sin querer al escuchar eso de su hijo, después de un día tan cargado como el que había vivido. “Gracias hijo! Te quiero mucho. Ya mismo voy para allá.”
Caminó hacia el taxi que se había quedado a esperarlo. Los saludos, abrazos, palmas, muestras de apoyo, comentarios le llegaban de todos lados. Como ya se había hecho un tanto de noche, no lograba divisar las caras. Entre los presentes, un señor muy mayor, se paró frente a él y le tomó la cara con ambas manos. “Tu padre y tu madre estarían orgullosos de ti, Martín” Era su viejo profesor del primario que tanto había influido en él y en su vocación política, y que sin embargo, no había vuelto a ver en treinta y cinco años. La frase terminó de tumbarlo. Lo abrazó fuerte, como si fuera a su propio padre, y lloró durante unos instantes. El profesor, canoso y entrado en años, lo abrazó con un cariño especial y esperó a que se recuperara.
Sus padres habían muerto en pocos meses por una enfermedad primero de uno y luego de otro, hacía dos años y el hueco que producía su ausencia, era un tema todavía sin resolver en él. Los extrañaba y los necesitaba. Y más en estos momentos tan particulares. Pero ya no estaban.
A la salida del campus, una pintada, que todavía estaba fresca sobre el frente de un galpón que daba a la avenida, se leía: “Martín: digas lo que digas, seguís siendo un liberal hijo de puta”. El intendente sonrió al leer la frase. “se ve que no a todos los alineo con mis palabras”. El taxista remató: “nunca falta el hijo de puta Martincito que se opone de odioso nomás…”
Suena su celular: “Martín, no habrás olvidado la reunión con los muchachos. Hemos hecho un asado para conversar tranquilos con vos” Su cuerpo ya no resistiría. “Me encantaría, pero quiero ir con mi mujer y mis hijos” El interlocutor pensó dos segundos si era legítimo seguir exigiendo o no. “Está bien, Martín. Por supuesto”.