Cordobeses: ¿a dónde queremos llegar?

Por Sebastián García Díaz.
Dirigente PRO Córdoba. Presidente de Civilitas.
Secretario Fundación +CBA.

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Cuando asuma el próximo gobernador, Córdoba seguirá entre las provincias con mayor nivel de pobreza. Los datos respecto a niños pobres son aún más preocupantes. Lo que hay que hacer para que esto cambie es arduo y complejo.

Hay graves demandas sociales sobre los servicios que brinda el Estado provincial: seguridad y justicia, educación y salud. También en el costo de los impuestos y los servicios que son de los más altos de Argentina. ¿Qué hacemos con EPEC y con la Caja de Jubilaciones? ¿Cómo eliminamos ingresos brutos? son debates pendientes.

Tendremos que romper un “status quo” de 25 años y volver a desafiarnos con objetivos concretos, ambiciosos, pero realizables.

¿Cuánto podemos reducir la pobreza? Con reactivación económica -un nuevo gobierno nacional más sensato en sus políticas macro- y removiendo condicionamientos impositivos y burocráticos que traban la creación de empleo formal, podemos aspirar a una reducción del 25% en cuatro años. Hay una franja que mantiene la capacidad de volver a integrarse a la clase media, si le dan la oportunidad. La indigencia ya es otra cosa: para reducirla a la mitad en 8 años habrá que concentrar toda la acción directa del Estado.

A nivel de seguridad los datos son falsos, porque la gente ya no denuncia. Será necesario una convocatoria contundente para que los vecinos se involucren y denuncien en forma virtual y en tiempo real.

En prevención no necesitamos más policías, sino capacitación, innovación y tecnología. Debemos aspirar a reducir a un tercio los robos, vía prevención. Y que en paralelo podamos elevar en dos tercios la cantidad de casos denunciados que logran dar con el culpable (hoy menos del 3% del total). La justicia debería ponerse como objetivo aumentar en 2/3 la cantidad de sentencias con preso en cuatro años. Y tendremos que construir o ampliar cárceles porque tendremos 2/3 más de reclusos. Respecto a narcotráfico comprometernos a elevar un 300% la cantidad de incautaciones.

A nivel de educación pública debemos proponernos bajar por lo menos a la mitad el abandono escolar. Duplicar los resultados de las pruebas sobre lectura y matemática en los chicos del primario. Y duplicar la cantidad de docentes con título universitario dando clases. Necesitamos generar una salida de oficios. Y aumentar el porcentaje de egresados técnicos y universitarios en las carreras que más necesitamos, como las ingenierías. La Universidad Nacional no puede seguir siendo una “capsula” ajena a la realidad económica de Córdoba.

Objetivos concretos también para la Salud. Definir con mente abierta el futuro de APROSS. Y cómo recuperamos la red de medicina privada, que tiende a desaparecer. A nivel económico, puntualizar cuántas empresas nuevas necesitamos, cuántas con un empleado nuevo formal o más, cuántas con capacidad de exportación. Y así con Turismo, con Agricultura, medio ambiente, etc.

Si ponemos en números los objetivos, será más sencillo discutir el cómo y luego medir. Tenemos once meses para hacer este ejercicio. Y dejar las medidas listas desde el primer minuto de la nueva gestión, para implementarlas. Manos a la obra.