En Córdoba también necesitamos nuestro propio Milei

 Artículo en La Voz del Interior


Por Sebastián García Diaz
Presidente de Civilitas. Dirigente PRO Córdoba

 
Tal vez no nos gustan sus formas. Incluso no tenemos su misma matriz ideológica. Tampoco lo votamos. Pero, cada vez más, advertimos que su cruzada contra los excesos de la política y del Estado es una causa necesaria, justa y urgente. Porque la inflación y la corrupción generada por una dirigencia indolente, nos han devastado.


Córdoba sí lo votó en forma masiva. Pero nuestros políticos y en particular su gobernador y equipo, parecieran no advertir que la motosierra y el mensaje “anti casta” también los interpela fuertemente.

En nuestra provincia no se está haciendo nada por ajustar y reconvertir el Estado. Seguimos pagando la fiesta con altos impuestos, en particular el de Ingresos Brutos, que se lleva más de la mitad de las ganancias finales de cualquier emprendimiento (¿quién tiene una rentabilidad mayor al 10% a fin de año?). De los 1.400 billones de pesos que ingresan a la Provincia como recursos propios, 1.200 los aportamos las empresas, vía ingresos brutos. Seguimos pagando también los servicios más caros como por ejemplo EPEC, mientras los muchachos se la reparten vía BAE.

El gobernador Llaryora se da el gusto con 14 ministerios de nombres y funciones que se superponen y 8 agencias (que escapan al control oficial). Le dedica 27 mil millones de pesos a su publicidad oficial, no corta el gasto en cuestiones superfluas y no encara la transformación de los agujeros negros del Estado cordobés: EPEC, Caminos de las Sierras, Lotería, Banco de Córdoba, Caja de Jubilaciones, Apross, Obra pública, etc. Los mismos fideicomisos que hoy escandalizan a nivel nacional -en la mira de Milei-, siguen “vivitos y coleando” en nuestra provincia.

Los servicios básicos que justifican el Estado Provincial -seguridad, justicia, educación y salud- no arrojan noticias de cambio. Y los ministros ni siquiera nos cuentan qué piensan hacer, a 9 meses de haber triunfado. En pocos días comienzan las clases y el nuevo Ministro de Educación, Horacio Ferreyra, permanece en silencio. ¿Cómo arreglará las más de 500 escuelas deterioradas? ¿Qué nueva política ha diseñado para revertir la decadencia de la escuela pública y la deserción?

El Ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros -más histriónico- no ha convocado aún a la ciudadanía a volver a denunciar de manera simple los miles de robos que sufrimos diariamente. Sin ese “mapa online del delito” ¿Cómo es que planifica algo distinto? En éste el principal punto de dolor de los cordobeses parece que se está improvisando, tratando de lanzar anuncios que calmen la bronca, pero sin avanzar en los cambios sustanciales.

Cuando el gobernador se toma un avión sanitario de la provincia, para ir a pasearse por los medios de Buenos Aires y pelearse con el presidente, en lugar de concentrarse en configurar y anunciar un paquete urgente de medidas de ajuste y transformación del Estado Provincial, está cometiendo un error grueso: ser parte del problema y no de la solución.

Tal vez ha llegado el momento de tener aquí nuestro propio Milei, dispuesto a hacer lo que haya que hacer para desestatizar nuestra sociedad.