Luis María Caballero: Por qué voto a Sebastián García Díaz

Queridos amigos:
Soy Luis María Caballero. Soy abogado. Estoy casado con Cande desde el 2004 y tengo un hijo de dos años y otro a punto de nacer, en poco más de un mes.

Desde hace diez años vengo trabajando junto a Sebastián García Díaz, desde Primero la Gente, para llevar a la política ideas que no veo representadas en otras opciones y para lograr que estén representados nuestros valores en las distintas instancias de decisión política.

No me resigno a que la familia, la vida, la honestidad, la cultura del trabajo, el orden y la decencia queden relegadas de la agenda política, y en Sebastián encontré a mi mejor referente.

A lo largo de este tiempo he conocido cómo trabaja un verdadero argentino, que ama a su país, a su provincia y a su ciudad y lo demuestra cada día dando generosamente su tiempo y sus esfuerzos y desvelos para lograr que las cosas pasen. Para lograr que nosotros, y nuestros hijos, tengan una ciudad mejor, una provincia mejor y una Argentina mejor.

Sebastián es una persona normal: como vos y como yo. Tiene una familia como la que quiero formar. Tiene una mujer a la que adora con toda su alma y cuatro hijos a los que cuida amorosamente. Sebastián tiene una vida de trabajo como la de todos nosotros. Cada mañana se levanta, lleva a sus hijos al colegio y se va a su trabajo hasta la noche, cuando vuelve a su casa.

Desde el principio de su carrera política ha mostrado su compromiso inclaudicable con la defensa de la vida y la familia y no ha cejado en su empeño por defenderlas en cada instancia en la que ha participado.

Cuando en el 2009 fue convocado para fundar y liderar la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico, tuvimos que tomar un decisión sumamente difícil. Sabíamos que muchos amigos no entenderían la decisión de ingresar a un gobierno provincial del que éramos profundamente críticos. Sin embargo, luego de muchas deliberaciones creímos que era nuestra obligación moral ocupar ese espacio. Desde hacía tiempo veníamos alertando sobre los peligros de un estado ausente en esa materia, y Sebastián aceptó el desafío.

Durante un año trabajó honesta e incansablemente y consiguió muchos de los objetivos planteados: la política tiene el deber de transformar vidas, y durante ese tiempo muchas vidas fueron cambiadas. Muchísimas familias cordobesas encontraron apoyo y contención en los trabajos que se impulsaron desde la Secretaría, y en Sebastián García Díaz, a título personal.

Sin embargo, Sebastián no se conformó con ello. Sabía que la labor de prevención era clave, pues había que ayudar a los jóvenes (que son los principales afectados por el flagelo de la droga y el alcohol), a encontrar un por qué para sus vidas y a que se animen a forjar proyectos a largo plazo, pero no alcanzaba con eso. Por ese motivo levantó su voz para plantar cara al narcotráfico en nuestra provincia y a la venta indiscriminada e impune de alcohol en la noche cordobesa.

Son miles los jóvenes que mueren año a año en las rutas argentinas por accidentes de tránsito causados por el abuso de sustancias, y son muchísimos los barrios cordobeses que hoy están siendo copados por inescrupulosos narcotraficantes que cercenan el futuro de nuestros jóvenes, pero ni siquiera esa tragedia anual movilizó al gobierno provincial a tomar cartas en el asunto. Por el contrario, optaron por “matar al mensajero” y Sebastián tuvo que renunciar.

Eso no lo desanimó. Siguió trabajando con su equipo, como un quijote, desde el llano. Sin miedo. Siempre dice lo que hay que decir, y desde su lugar siguió levantando muy alto las banderas de la defensa de la vida, en todos sus tramos. En particular la defensa de quienes son más débiles: los niños por nacer, la infancia en su conjunto, y los jóvenes. Su trabajo ha conseguido muchísimas cosas. Imaginate lo que podría hacer si estuviera en el Concejo. Junto a él hay muchísima gente valiosa que comparte ideas, principios y criterios. Vale la pena apoyar este espacio, qué sabe qué hacer en Córdoba, en éste y en los demás temas importantes.

Hoy tenemos la oportunidad de que Sebastián pueda seguir llevando nuestra voz, nuestras inquietudes y nuestros valores, pero para eso tenemos que darle su voto. Tiene que haber 30.000 cordobeses que en la elección del 18 de Septiembre pidan que Sebastián ocupe un lugar en el Concejo Deliberante de la ciudad.

¿Cómo se hace? Eligiendo el último casillero de la boleta única. Yo voto a Sebastián García Díaz… ¿Y vos?

Luisma