Soy Esteban Gorriti, abogado, 54 años. Estoy casado con Silvia Manca; fuimos padres de tres hijos: Manuela (+19), Ramiro (21) y Jacinta (18).}
Como muchos de Uds. ya lo saben, mi hija mayor falleció hace cuatro años y medio, en un siniestro vial volviendo de bailar. El conductor del vehículo estaba alcoholizado. Uno más de tantos, cada madrugada de fin de semana.
Estamos viviendo una gran tragedia nacional en curso de ejecución. Más de 3.000 chicos de entre 15 y 25 años, pierden la vida en la Argentina en similares circunstancias de orden público. El equivalente a 5 guerras de Malvinas cada año, o 17 Cromagnones. Por primera vez en nuestro historial sanitario, en 2010 (será igual en 2011) la morbimortalidad juvenil superó los índices de la infantil. Lo cual revela una situación permanente de altísima peligrosidad a la que está expuesta la juventud argentina, en el marco de la diversión nocturna, negocio perverso basado en la total impunidad de dicho sector comercial para causar daño social mediante la venta indiscriminada de alcohol y drogas prohibidas, ante la mirada indiferente de las autoridades públicas.
Los intereses económicos de la nocturnidad representan el nicho de corrupción más grave de la mala política, que acostumbra financiarse por este sector, a cambio de compromisos espúrios de impunidad que la sociedad toda paga con la vida y la salud de muchos de sus hijos. Gobiernos enteros están al servicio del negocio de la noche de forma indisimulada. Córdoba -provincia y capital- son ejemplos emblemáticos.
El 99% de la dirigencia política silencia este tema ya sea por ignorancia (los libretos ideológicos no se ocupan de él), por cobardía o -lo que es peor- por complicidad. Una cuestión de Estado donde está en juego la vida y la salud de la población adolescente y juvenil no figura en la agenda de la política. Una auténtica vergüenza nacional.
Sebastián García Díaz es uno de los pocos políticos argentinos que se ocupa -muy decididamente- del tema. Con valentía incuestionable, viene denunciando esta alianza corrupta entre la noche y la política, proponiendo cursos de acción legales para enfrentar estos intereses nefastos. Los demás candidatos a Intendente de Córdoba forman parte del ominoso cerco de silencio que los encubre. Así pues, en este tema Sebastián es como un diamante en un chiquero. Imposible no advertir su diferencia con la partidocracia inútil de siempre.
Es imprescindible la presencia de Sebastián en el Concejo Deliberante. Desde allí continuará -con esa energía personal que lo caracteriza- esta desigual batalla por LA VIDA Y LA SALUD de nuestros hijos en situación de vulnerabilidad. Los intereses mafiosos de la noche ya tienen quien los defienda en ese ámbito legislativo (los políticos hacen cola para congraciarse con los bolicheros poderosos de la ciudad, hábiles con sus billeteras). Es de toda Justicia que el pueblo de Córdoba tenga entonces, un verdadero defensor de sus intereses más valiosos.
Por eso voto y acompaño a Sebastián en esta lucha por la seguridad y el bienestar de nuestros queridos hijos.
Esteban E. Gorriti
D.N.I. 13.154.413