Córdoba se expresó nuevamente en forma categórica en contra del modelo populista del kirchnerismo. Fui parte del equipo de Luis Juez y Rodrigo De Loredo, acompañando a nuestra candidata Carmen Alvarez Rivero. Y pude vivir este mensaje con particular intensidad. Los cordobeses votaron la “versión más fuerte de Cambiemos” para decir -otra vez- ¡basta!
¿Qué nos deja el día después de las PASO? Además de nuevos
liderazgos por supuesto mucha esperanza.
Pero hay algo profundo que quisiera remarcar: Córdoba volvió a mostrar -como muchas veces en su historia- que no quiere ser dirigida desde Buenos Aires.
Aquí hay una oportunidad más allá de la coyuntura política.
A esta rebeldía cordobesa y a esta resistencia que nos ha caracterizado desde
el origen de los tiempos, se abre un “tragaluz” para que vayamos más allá y
podamos plantear una propuesta profunda de cambio, desde Córdoba, para el país.
Todos los referentes nacionales nos ponen como modelo.
Destacan nuestros valores y nuestra impronta. Nos halagan porque aquí sigue
vigente el espíritu de emprendimiento y trabajo. “Los cordobeses no piden nada,
no piden planes ni subsidios, sólo piden que el Estado ponga reglas claras y los
deje comerciar (incluso con el mundo) y no los aplaste con impuestos.”… Si
realmente creen en nosotros, entonces estamos en condiciones de desplegarnos y
cumplir con nuestro sueño federal.
En primer lugar dentro del espacio de Juntos por el Cambio.
La contundencia de la elección provincial nos permite exigir que el proyecto de
“Cambiemos” nos tenga como capital alternativa. Que en la mesa de Cambiemos a
nivel nacional esté Córdoba sentada con voz y voto. Que entre los máximos
referentes haya cordobeses. Que en las políticas que vaya a defender el espacio
los proyectos salgan del corazón productivo, profesional y universitario de
nuestra gente. Que los próximos ministros, secretarios y funcionarios del
próximo gobierno que presente este espacio, surjan desde el interior, y desde
el interior del interior. Córdoba no puede ser más “invitado después de 12” y
tiene que pasar a ser la “novia principal”.
Cambiemos tiene que ser federal o volverá a cometer errores
groseros. Y de ese parto -porque será un proceso difícil- sólo nos podemos
encargar los cordobeses, por la contundencia de los resultados y además por
nuestra impronta: lo llevamos en la sangre y en la historia.
Pero la federalización de nuestro planteo no se puede quedar
sólo dentro de nuestro espacio político.
Ha llegado la hora de que Córdoba deje de pedir permiso y
reclame con contundencia lo que le es propio al país entero. No podemos seguir
pidiendo con buenos modales a un funcionario lejano que abran el Aeropuerto de
Córdoba y lo vuelvan a poner a pleno. Vamos a tener que hacerlo con la
contundencia del que sabe que están violando nuestros derechos.
Y lo mismo con la distribución de los recursos, los
impuestos, las obras, las becas, las fuerzas federales, el costo de los
servicios, las reparticiones, las cámaras empresarias, las sedes de los sindicatos,
las embajadas, las oficinas centrales. Hasta me animaría a decir ¡la selección
nacional de futbol!
No podemos conformarnos sólo con poner un freno a Cristina.
¡Es la hora precisa de reclamar el país federal que queremos y no tenemos! Si
no lo hacemos ahora habremos perdido una nueva oportunidad política.