Córdoba tiene 5 grandes dolores



Ver el artículo publicado en La Voz del Interior

Por Sebastián García Díaz
Dirigente PRO Córdoba


Participé en la última campaña electoral en el equipo de Luis Juez, Carmen Alvarez Rivero y Rodrigo De Loredo y recorrimos la provincia.

Decirles “Basta” a los atropellos del kirchnerismo fue el mandato recibido, claro y contundente. Pero también receptamos muchos reclamos de los cordobeses respecto de nuestra provincia. ¡Los sufrimientos de la gente son muy palpables! Y generan dolor.

1.   La pobreza duele. La marginación ha crecido. La pandemia empujó a la indigencia a familias enteras. Y ha impactado con particular virulencia entre los niños, porque no comieron como corresponde en los colegios. La asistencia social ha sido escasa y en muchos casos vinculada a cuestiones políticas. No sólo repartieron votos en los sobres del Banco de Córdoba sino “cosas” a los que los votaran. Aberrante.

2.   Las escuelas públicas duelen. Los padres muy decepcionados por la forma en que las escuelas públicas provinciales reaccionaron ante la pandemia. Meses sin clases, mucha publicidad de la “virtualidad y la compra de computadoras” pero con una realidad: en la mayoría de los hogares, y sobre todo de los más humildes, no hay wi fi, no hay tecnología y no hay un lugar correcto donde poder estudiar y enseñar.
El poder provincial dejó a la educación a la deriva por demasiado tiempo y eso ha producido un quiebre social. Miles de chicos dejaron la escuela para no volver. ¡Y nadie del Ministerio de educación salió a buscarlos!

3.   Los comercios cerrados y la falta de trabajo producen mucho dolor. Son demasiados pequeños emprendimientos familiares que fueron hundidos por la pandemia, pero también por la falta de sensibilidad de un Estado que -al final- sólo quiere seguir cobrando los impuestos y los servicios más caros de la Argentina. Que Córdoba tiene la mayor carga impositiva ya era sabido. Pero en esta pandemia el peso del Estado se volvió un insulto. ¡Ahora anuncian nuevos aumentos de impuestos con total desparpajo!
¡Cómo no va a impactar esto en la cantidad y calidad de los trabajos! Si había poco y había mucho empleo informal, ahora es tierra arrasada. Sobre todo entre los más jóvenes.

4.   La inseguridad duele y mata. La forma en que los narcos han avanzado en los barrios humildes ante la ausencia del estado es obscena. La delincuencia ha salido a robar todo lo que no habían podido. ¡Ya no se soporta más! ¿Y la Policía de Córdoba? Nos comentaba la gente que les da más miedo que seguridades. Miedo a que le maten un hijo o que también estén involucrados con las mafias y los delincuentes. ¡Revertir esto es urgente!

5.   La degradación ambiental duele. Entre los más jóvenes, nos han expresado su dolor, no sólo porque corre la caca como un río por Villa Paez, sino por los incendios descontrolados, por los basurales a cielo abierto, las cloacas que no se hacen y por cosas elementales pendientes hace demasiados años.

En lo personal me ha dolido la corrupción: hospitales inaugurados pero vacíos de gente y de tecnología, hoteles hecho por el Estado que no se justifican, publicidad por toneladas que no se explica y un marco institucional que en Córdoba está muy degradado.

Hemos tomado debida nota de todo, de cara al 2023. Y también vamos a cumplir con este pedido de los cordobeses: que Córdoba también cambie y cambie de verdad. En lo personal, voy a poner allí todo mi empeño.