Amigos:
Quiero comentarles que en estas vacaciones he confirmado mi vocación por cambiar la realidad de Córdoba. Con mis 40 años que me marcan todavía un trecho largo por recorrer, pero a su vez un trecho interesante ya recorrido, ratifico mi intención de concentrar todos mis esfuerzos en trabajar por construir un proyecto que transforme Córdoba a través de un buen gobierno. Una transformación, como sólo los que portamos nuestras ideas y valores podemos generar.
Aunque mi circunstancia familiar -4 hijos en pleno crecimiento- y mi trabajo profesional me indican que habrá que ir de a poco, paso a paso y ser pacientes con la tranquilidad de los que tenemos FE (Dios dirá cuándo y cómo…) confirmo que voy a dedicar mis próximos años activos, recursos, horas y empeño en cumplir con este anhelo.
Estoy convencido que un equipo como el
que hemos conformado en estos años, podemos hacer un gobierno para Córdoba mucho mejor de lo que hemos
visto desde el 83 a esta parte. Y mejorarle la vida a cientos de miles de
cordobeses (especialmente los más desfavorecidos).
Sólo nosotros tenemos la
voluntad de introducir reformas institucionales de fondo que garanticen la
independencia de poderes, la transparencia, los controles efectivos cruzados y
la modernización del Estado; abrir nuestra economía y generar la suficiente
confianza (austeridad fiscal incluida) para activar las inversiones de largo
aliento que generen mucho trabajo, en blanco y bien pago. Estoy seguro que
marcaríamos un antes y un después.
Gente como nosotros estamos llamados a involucrarnos de lleno en la educación pública, que hasta ahora ha sido dirigida por una “pseudo-izquierda”
que sólo ha profundizado la mediocridad. Otro tanto en las áreas sensibles de
salud y seguridad. Estoy convencido que, con el sólo hecho de lanzar un plan de obras públicas planificado y que no esté supeditado a robarse el 20 % o más de cada licitación que se convoca, podemos transformar la infraestructura de nuestra provincia.
Creo que sólo nosotros podemos mancomunar las
energías dispersas de la Sociedad Civil que hay en Córdoba para lograr una
fórmula que conserve nuestros valores, reforme nuestra política, potencie el espíritu emprendedor de nuestra Córdoba agropecuaria, productiva y
trabajadora, y el valor agregado cualitativo que puede darle nuestra impronta
universitaria.
Si somos capaces de llevar a la realidad este sueño, no dudo que podríamos proyectar un gobierno modelo para todo el país.
Cuando yo veo quiénes nos están gobernando a
nivel municipal, provincial y nacional siento -humildemente- que nosotros podríamos hacerlo mucho mejor! Si somos capaces de llevar a la realidad este sueño, no dudo que podríamos proyectar un gobierno modelo para todo el país.
Quiero intentarlo. Y convoco a todos los que quieran trabajar por este desafío.
Ya no se trata de nosotros: se trata de nuestros hijos.
