¿Quo Vadis Ramón?

Por Sebastián García Díaz
Candidato a Intendente por Primero la Gente


Más allá de nuestras diferencias políticas yo también deseo -como la mayoría de los vecinos- que a Mestre le vaya bien en su gestión. La ciudad no soportaría otra nueva frustración. Dado que han pasado seis meses desde la asunción quiero hacer algunos aportes críticos para que pueda cumplir con las expectativas.

El primer aporte es respecto a la definición de la prioridad. No es un dato menor que hasta hoy todas las encuestas hechas en Córdoba sigan marcando a la honestidad de los dirigentes políticos como principal falencia, arriba incluso de otras prioridades. Creo que un dirigente nuevo y joven como es el intendente, debería haber hecho anuncios contundentes en esa línea: la transparencia, el libre y completo acceso a la información pública, la normalización generalizada del régimen de concursos, una renovada y abierta convocatoria a proveedores de todo tipo para conseguir los mejores precios y calidad, sin sospechas de amiguismo o componendas, así como un ataque directo a los cientos de focos de micro-corrupción (que en la suma son muy graves) y que anidan en la Municipalidad desde hace años.
No sólo no se avanzó en este sentido sino que al revés, se apresuró sin motivo una entrega de la gestión de la basura a empresas que no aparecen como confiables, como tampoco el proceso por el cual fueron seleccionadas. Hay cuestiones pendientes demasiado oscuras -como la resolución del juicio con TECSA- como para que Ramón se de el lujo de subestimar la transparencia en su gestión.

El segundo aporte que quiero hacer es un consejo: Ramón, aprovechá tu legitimidad inicial para convocar a los diversos sectores de Córdoba e involucrarlos desde el inicio en mecanismos de consulta y participación permanente para que la mirada no sea sólo la de “Mestre y su equipo” sino que se convierta rápidamente en la visión de la mayor parte de la sociedad. Es cierto que el triunfo electoral te exime legalmente de esta obligación (para eso te han elegido a vos). Pero como la crisis de la ciudad y de su Municipalidad es tan profunda y estructural, sería importante que el poder político no se crea dueño de la verdad absoluta y que contraste sus criterios con otros sectores políticos, sociales, económicos, sindicales y comunitarios. Dialogar ahora, en las épocas de fortaleza política, servirá para recibir apoyos en las épocas de debilidad (que siempre sobrevienen).

El tercer aporte es una advertencia. Cuidado con la tentación de montarse sobre pequeñas cosas para hacer “aspaviento”. El marketing exagerado de obras que son anécdotas o meros anuncios o acciones de “utilería”, ha sido un recurso muy usado por los gobernantes durante años. Pero tengo la impresión que hoy la gente lo ve con muy malos ojos, porque ya es consciente que el gasto en publicidad es superior al gasto que se ha hecho por la acción en sí misma. Además esta actitud afecta las posibilidades de avanzar en el primer y el segundo aporte.

A diferencia de la mayoría de los vecinos, no espero de Ramón Mestre grandes obras ni tampoco reformas radicales respecto de los servicios. No las podrá hacer por falta de presupuesto y porque lamentablemente para los cordobeses ni el gobierno nacional ni el provincial le darán semejante trampolín para proyectarse. Su proyección política como estadista vendrá definitivamente más por el lado de cuidar estos “detalles”.        

Esperemos (por el bien de Córdoba) que así sea.