El futuro de Córdoba

Por Sebastián García Díaz
Presidente de Civilitas. Dirigente Pro Córdoba.

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He publicado recientemente un libro con ese título y una visión disruptiva de lo que podemos lograr (se puede acceder gratuitamente desde www.futurodecordoba.ar)

Tesis inicial: vivimos una Córdoba forjada en el pasado. Pero sin suficiente compromiso y acción para proyectarla al futuro.

Tenemos fortalezas naturales y como sociedad. Tres grandes desafíos: potenciarnos como polo del conocimiento, jugar a nivel mundial en procesamiento y exportación de alimentos, y el más desafiante: competir para que las empresas nacionales e internacionales radiquen aquí sus oficinas y directivos.

La condición es independizarnos de los porteños, pero no políticamente, sino mentalmente. Basta de ser los “segundos”, auto justificados por compararnos con otras provincias más precarias. ¡Qué destino mediocre! Más firmeza para reclamar lo que nos corresponde. Pero también más despliegue.

Pongamos foco en lograr una relación más directa e intensa con el mundo. Liderar el comercio exterior y convertirnos en la puerta hacia Santiago de Chile, Asunción, La Paz, Sao Paulo, Montevideo. Basta de depender de Buenos Aires, jaqueada por la marginalidad del conurbano y su vanidosa pretensión de parecerse a Europa.

Nuestros pilares están débiles. La educación en emergencia. Lo social en descomposición por la inseguridad y por la droga. Nuestra economía estancada hace muchos años. Nuestras empresas pymes valientes pero precarias. La universidad nacional de Córdoba que, así como opera, no nos sirve. Libre ingreso sin control con sólo el 20% egresando es una estafa. Esa institución es nuestra -de los cordobeses-. Pero ha sido secuestrada por la política universitaria.

Lo disruptivo del libro es que propone no esperar más nada de la gestión del Estado. Todo lo contrario: aplicar a Córdoba las ideas de la libertad. Desestatizar nuestra sociedad, para liberar la fuerza de la sociedad civil y la iniciativa privada. Privatizar, ajustar, desregular, disminuir impuestos…

Incluso, para revertir la pobreza, sacar al Estado la gestión social y que los recursos pasen a financiar la acción de la propia sociedad. Lo haremos mejor y con más compromiso. Hasta a nivel de educación podemos innovar: un Estado que audite exámenes y titulaciones pero que se retire de la gestión directa de la educación pública. La sociedad lo hará mejor. Es el sano principio de subsidiariedad, aplicado a Córdoba.

Por supuesto: si queremos cooperación social necesitamos una baja rotunda de la percepción de impunidad que hoy nos neutraliza y es el caldo de cultivo de la inseguridad, la favelización de los barrios y el dominio creciente del narcotráfico. Eso significa más delincuentes presos.

El futuro ambiental de Córdoba es todo un capítulo por la falta de cloacas, de reciclado real de la basura, incendios, agua, extinción de los bosques nativos. Deberíamos sentir una profunda vergüenza por lo poco que hemos avanzado.

Si nos vamos a activar, tenemos que repensar la política local. Pero planteamos una esperanza concreta superadora: 500 jóvenes de distintos sectores (política, universidad, justicia, medios de comunicación, empresas y ongs, religiones, cultura y deporte) poniéndose de acuerdo y desplegando una acción coordinada para forjar el futuro que anhelamos. La convocatoria está hecha.