Estamos de acuerdo en construir un país en el que seamos nosotros, los ciudadanos, los protagonistas -la gente- y no las corporaciones, ni supuestos "mesías". Un país que se construya de abajo hacia arriba y con la máxima libertad.
Estamos de acuerdo que esto lo vamos a lograr con una reforma muy profunda de nuestro sistema educativo y un sistema de reglas claras que perduren en el tiempo y que cumplamos TODOS.
Ahora vale la pena repasar las oportunidades que no está abriendo el mundo y cómo vamos a posicionarnos para aprovecharlas. Dejo el título: si el mundo avanzar hacia la economía del conocimiento (la tercera ola), si no serán las materias primas y ni siquiera las industrias sino las ideas innovadoras las que dominarán los mercados mundiales, entonces tenemos que ponernos de acuerdo sobre cómo vamos a subirnos a esa tercera ola.
El campo nos dará la base para despegar, las industrias nos darán trabajo para todos si logramos que sean competitivas. Pero será nuestra inventiva potenciada por nuestro I + D las que nos llevará a la cúspide.
Si todo esto fuera correcto, entonces Córdoba debe mirar lo más valioso que tenemos entre nosotros, que son nuestras universidades, para producir un giro de 180 grados sobre su dirección y gestión para que sean nuestra ventana de integración al mundo y el semillero de las ideas de vanguardia sobre alimentos, biotecnología, medicina de alta complejidad, procesamiento de materiales naturales y minerales, servicios de alta tecnología, etc, etc.
Llego la hora de fijar un norte y caminar hacia él.