Presupuesto 2025: Llaryora no entendió el mensaje

El gobernador ha enviado su proyecto de presupuesto. Sin el más mínimo atisbo de ajuste o de corrección de las distorsiones que vienen acarreando nuestras cuentas públicas. La era “Milei” no ha impactado aún en la gestión de la Provincia.

El gasto público lo seguimos pagando los empresarios y comerciantes cordobeses, a través del ultrajante impuesto a los ingresos brutos que representa el 82% de todos los ingresos tributarios de origen provincial, en comparación con el inmobiliario que sólo es el 6,4% o el automotor con un 3.3%. Con “sellos” -que también entorpece la actividad comercial y es el 8,3%- la actividad económica pagará el 90% de “la fiesta”.

Córdoba sigue aplastando así la única actividad que puede generar trabajo genuino. Para callar al sector nos entregan una Agencia Pro Córdoba con 26 personas y una de “Competitividad” con 13 (que no es igual a la de “Conectividad” que tiene 11 empleados). El resto de las agencias son -en realidad- dependencias públicas disfrazadas de entes mixtos, para evitar el control del Tribunal de Cuentas. ¿Gran picardía o dolosa maniobra para robar?

Las “vacas sagradas” están intactas: Lotería mantiene sus 1.100 empleados. Epec igual, con todos los mismos privilegios y sin dar señales de apertura a la competencia o a la privatización. Lo mismo el Banco de Córdoba.

Caminos de las Sierras tiene un presupuesto asignado de $ 266 mil millones. Una enorme transferencia a una “sociedad anónima” sin mayor control. Si van a hacer obras desde allí ¿por qué no licitarlas desde obras públicas para hacerlo en forma transparente?

Una novedad es cómo crece el presupuesto de la Universidad Provincial. ¿Habrá intenciones de manipular fondos desde allí? Son $ 83 mil millones para financiar cuatro facultades y un total de 15.000 alumnos. ¿Para qué tenemos esta universidad si ya existe la nacional y es “libre y gratuita”? Mucha atención a esta unidad, que tiene (entre otras curiosidades) un programa de “género” con títulos oficiales obligados a decir licenciado, licenciada y “licendiade”.

El agujero negro sigue siendo la Caja de Jubilaciones. Todos los cordobeses, no importa si aportamos a la Caja de Abogados, de Ingenieros ¡o a ninguna! pagaremos 36.000 millones de pesos mensuales, para sostener el déficit de una entidad que tiene jubilaciones muy por arriba de la media nacional en más del 50%.

Dato alarmante: no hay más presupuesto para Seguridad, Salud y Educación. Y la plata que va a Desarrollo Social sigue teniendo la indolencia de que más de la mitad va a pagar sueldos y burocracia. Apross sigue intacta.

¿Pará qué seguimos financiando la Agencia Córdoba Joven, la Defensoría del Pueblo o la de los “derechos de niños, niñas y adolescentes”?

Ha llegado la hora de que los cordobeses reaccionemos. ¡Se trata de nuestros impuestos! Exijamos que el mismo proceso que se está produciendo a nivel nacional, se aplique también aquí: menos impuestos, más “motosierra”, menos ministerios, agencias y cargos para “la casta”, menos publicidad oficial y un gobierno que gestione con la consigna: “no hay plata”.

¿Quéres jugarte por mejorar Córdoba?

Queridos vecinos de Córdoba:

He tomado una decisión. Y quiero compartirla, para invitarlos a que seas parte.

Voy a dedicar toda mi vocación y mi energía, por los próximos 3 años, a preparar un equipo para ser intendente de la ciudad en el 2027.

Córdoba necesita encarar los problemas básicos que están pendientes desde que era joven: cloacas, transporte, inseguridad en los barrios, basura, y desarrollo económico. Pero cada uno de estos temas necesita gestionar en forma eficiente las tasas y los impuestos que pagamos con sacrificio. Eso no se está haciendo. En Córdoba también necesitamos nuestro propio Milei.

Estoy convencido de que puedo ser un buen administrador. Me siento preparado, con la fuerza suficiente y en el momento oportuno. Lo intenté en dos oportunidades, como un quijote. Hoy, con 52 años, tengo más experiencia, conozco mejor la ciudad y sus realidades, he recorrido un camino empresario de gestión y dirección de equipos; he interactuado con muchas personas y técnicos que tienen soluciones concretas. Y he forjado una visión sobre “El futuro de Córdoba” que recientemente publiqué en el libro: www.futurodecordoba.ar

Te propongo que seas parte de este equipo. Si queremos tener impacto, en un plazo breve, es bueno concentrarnos en la ciudad de Córdoba: el lugar donde vivimos, donde viven nuestra familia y amigos. Donde sufrimos los problemas, en forma directa. Es aquí donde realmente podemos ganar en el 2027 y producir un cambio.

El actual intendente Passerini no puede presentarse nuevamente, salvo que haga trampa reformando la Carta Orgánica. Rodrigo De Loredo, a quien apoyamos la última vez, no pareciera querer repetir esa experiencia. La cancha está abierta a nuevos referentes que no provengan de la política tradicional.

Nadie quiere perder el tiempo. Vamos a trabajar en dos frentes: uno dedicado a relevar las realidades de cada uno de los 450 barrios, tomando contacto directo con los vecinos. Y el otro concentrado en formar el mejor equipo de gobierno. Nuestra gestión será muy austera, con solo 5 secretarías, menos impuestos y menos burocracia. El compromiso es que también en Córdoba crezcan las ideas de la libertad. Y que la Municipalidad les sirva a los vecinos y no a los políticos. Combatir la inseguridad será la prioridad.

Los jóvenes tienen un lugar especial en el proyecto: su energía y visión son fundamentales para construir la Córdoba del futuro.

Disfrutemos este proceso, sabiendo que estamos haciendo algo trascendente por el lugar donde vivimos. ¡A trabajar!

Sebastián García Díaz.

1. Sé parte de los equipos de gobierno aquí

2. Contanos lo que pasa en tu barrio aquí  

Córdoba ¿necesita un Bukele?



Por Sebastián García Díaz
Presidente de Civilitas. Dirigente PRO Córdoba.


Dijimos que “Córdoba necesita su propio Milei”. La frase nos interpela sobre cómo se malgastan los fondos públicos en nuestra provincia. Aquí también hace falta “motosierra”.

Eso mismo genera la figura del presidente de El Salvador. De alguna manera disruptiva, los cordobeses necesitamos expresar ¡que ya no damos más! Que la inseguridad se volvió insoportable. Y que no nos vamos a resignar a escuchar sólo excusas.

La causa directa de la inseguridad es la impunidad. El Estado provincial se muestra incapaz de atrapar a los que nos roban. ¿Para qué pagamos nuestros impuestos, si no nos garantizan lo más básico? A esta altura pareciera necesario gritar ¡que venga un “Bukele” y patee el tablero!

El modelo a aplicar es de sentido común: si aumentamos la percepción de riesgo, los delincuentes lo pensarán dos veces, por temor a las consecuencias. No merodearán, porque estará autorizado detenerlos. No nos robarán, si sienten que hay amplias chanches de que los atrapemos (y rápido). Y no querrán ir a la cárcel si tienen la percepción de que allí la pasarán muy mal.

Esa percepción de riesgo en Córdoba es tan baja que los choros se matan de la risa. Incluso operan con el “amparo” del poder, como lo demostraron los hechos de corrupción que involucran a altas autoridades de la policía, de los bomberos y del servicio penitenciario, de ministros y funcionarios.

Tenemos urgencia por poner a la policía, no sólo a prevenir con gente en la calle, con miles de cámaras (que demoran en comprar) y con operativos de saturación, sino que necesitamos además que aprendan a investigar, que persigan y que capturen a los que nos roban. Hoy no lo hacen.

Sólo el 1% de los delitos termina con un delincuente sentenciado y preso en nuestra provincia. Hay denuncias por hacinamiento en nuestras cárceles. ¡Construyamos más! Porque si hoy tenemos 13.000 reclusos, necesitamos que sean por lo menos 50.000 en un plazo breve, si en verdad queremos enviar una señal clara de que se acabó la impunidad.

Pero claro: si la Policía de Córdoba no investiga y tampoco la Policía Judicial, si los fiscales se concentran sólo en las “causas con muerto”, si los jueces están demasiado cómodos como para hacerse responsables, si los aprendices de policías estudian en un anexo de escuela de barrio periférico y salen a la calle sin experiencia ni preparación; si los legisladores ni siquiera amagan con revisar el garantista “código de convivencia” y relanzar la figura del merodeo (entre otras), si el Tribunal Superior de Justicia está lleno de “amigos del gobierno” y el Ministro de Seguridad es un “showman” pero que de esto nada sabe…  

¿Son conscientes nuestros gobernantes que estamos sobre una olla a presión de inseguridad y narcotráfico, a punto de estallar?

Si los responsables siguen mirando para otro lado, entonces los cordobeses tendremos que decir: ¡Basta! Que venga un Bukele y haga lo que hay que hacer, por vías ordinarias o extraordinarias. Después no digan que no avisamos.

Carta abierta al Intendente de Córdoba

Artículo en La Voz del Interior


Entiendo que Daniel Passerini es una persona correcta. Y que está en política por una vocación genuina. Eso me alienta a escribirle como vecino preocupado.

Córdoba ha sufrido mucho el marketing en estos años. Por sí mismo no es malo. Lo negativo es cuando se utiliza para vender como cambios profundos lo que en realidad son acciones cosméticas.

Los mismos problemas que la ciudad tiene, desde que yo era joven, siguen pendientes. Y eso es muy frustrante para los vecinos de siempre.

La mitad de la ciudad sigue sin cloacas, la otra mitad poniendo al límite la sustentabilidad del Río Suquía. Esto sólo ya es un proyecto descomunal, que debería activarnos, porque el tiempo pasa y seguimos igual.

El desafío de reciclar el 100% de la basura obliga a tomar medidas antipáticas, como que el recolector no pase todos los días, si con esos recursos podemos hacer que las 70 mil toneladas mensuales de residuos no queden sólo bajo una capita de tierra. En términos medio ambientales la ciudad está muy atrasada (debería avergonzarnos recibir “premios circulares”, en este sentido)

El transporte público sigue siendo precario y no nos hemos animado a encarar una solución integrada y estructural. Los que podemos andar en auto o moto seguimos transitando. Pero los que no tienen otro medio, sufren.

Los barrios, sobre todo los más alejados del centro, están requiriendo obras de todo tipo, desde asfalto, baches, luminarias, arreglos, semáforos, limpieza de canales y de lugares… cuando uno los recorre se los ve como estancados en el tiempo.

El centro está muerto: los proyectos de cómo resucitarlo están sobre la mesa, pero… hay que concretarlos. El desarrollo económico de la ciudad en general está amesetado y con una baja importante, desde la pandemia. Los corredores comerciales de cada seccional, muestran hoy su precarización. El turismo -sobre todo el internacional- está disminuyendo, porque la oferta no es sólida (son fogonazos ocasionales).

El sólo título “que la municipalidad funcione y que no trabe” sigue pendiente. Los vecinos que hacen cola a la madrugada para un turno en el dispensario pueden confirmarlo.

A todos estos problemas crónicos, se han agregado dos que son prioritarios: la inseguridad descomunal en todos los barrios -esa tremenda impunidad instalada por la cual los delincuentes nos roban a diario- y la favelización de muchos barrios populares de Córdoba que nos vuelve una ciudad a punto de estallar en lo que hace a narcotráfico.

Su deber ante tanto desafío es enfocarse en gestionar soluciones. Y no reincidir con marketing distorsivo. ¿Es importante ser “govtech”, organizar congresos de nombres rimbombantes o enseñar robótica en las escuelas municipales? Tal vez en otra circunstancia. Ahora necesitamos un intendente compenetrado en dejar los proyectos estructurales en marcha.

Sabemos que no podrá presentarse para una reelección -no caiga en la tentación populista de cambiar la Carta Orgánica para lograrlo-. Hablaría bien de usted, que no aproveche estos cuatros años para privilegiar sólo aquellas acciones que eleven su marketing personal, para saltar al siguiente escalón. No nos defraude.

¿En qué vale la pena ser “conservadores” en Córdoba?



Quiero detenerme un momento frente al núcleo central de nuestra sociedad que, como siempre hemos dicho, es la familia: nuestras familias, la tuya, la mía.

Ya sabemos lo difícil que es la construcción de una familia en el medio del mundo actual, pero -a su vez- lo central que es este proyecto en nuestras vidas. Me atrevo a hablar por todos: el desarrollo de nuestras familias es EL proyecto de nuestras vidas.

En este sentido, aunque no podemos arrogarnos que sea un diferencial solo de Córdoba, porque el valor de la familia es universal y con mucha fuerza en la cultura de América Latina y de Argentina, por supuesto, sí podemos sostener que los cordobeses tenemos un punto fuerte en este sentido.

Nuestro entramado familiar es aún muy fuerte y resistente, con familias grandes conformadas por abuelos, tíos, padres e hijos, que conviven con mucha intensidad, por la propia característica de nuestra dinámica social: nuestros hogares, cientos de reuniones familiares, cumpleaños, bautismos, casamientos, comuniones, recibidas, navidades, semanas santas, idas al campo, asados, amigos que se integran…. La frecuencia con la que nos reunimos con nuestra familia es un dato de lo intensa que es nuestra relación y lo importante que es para nosotros. Es común el caso de una pareja que se va a vivir afuera e incluso le va bárbaro económicamente. Pero anhelan volverse, para poder vivir esta dinámica de familia y amigos.

Dada esta fortaleza, y pensando en el futuro de Córdoba y de nuestra sociedad, hay dos esfuerzos que tenemos que hacer con particular esmero.


La familia frente a la “batalla cultural”


El primero es defender esta institución de cualquier ataque ideológico o interesado que quieran hacer. 

No voy a desplegar aquí teorías conspirativas de que hay un plan siniestro a nivel mundial que pretende destruir a las familias del mundo. Sí hay que decir que existen ideologías que han visto en la familia el germen del sistema capitalista y que han tratado de destruirla en forma expresa. Traigo a la mesa el caso de los Khmer Rouge en Camboya, en la década de 1960, brazo armado del Partido Comunista de ese país, que ponía en un cruce de caminos a los distintos miembros de las familias de espaldas y los obligaban a caminar- cada uno hacia distintos rumbos- sin mirar atrás, so pena de fusilarlos. Así se destruyeron miles de familias para intentar terminar con la “mala influencia” de esta institución. De más está decir que no lo lograron, pero sembraron mucho sufrimiento.

Como digo, no voy por esa línea conspirativa en esta reflexión. Solo subrayo que hay que cuidar a las familias de Córdoba. Toda decisión que debilite la estructura familiar es una medida equivocada, aunque tengamos buenas intenciones.

  • Cuando le damos de comer  a los chicos en el colegio, porque los padres no pueden hacerlo en sus casas y no nos esforzamos por entregarle esa comida al entorno familiar, para que puedan sentarse en torno a la mesa e interactuar, estamos debilitando esa estructura. 

  • Cuando en el ámbito educativo le quitamos poder a los padres para decidir sobre la educación de sus hijos, porque los subestimamos y pensamos que sabe más el técnico o el burócrata que ellos, ocurre lo mismo.

  • Cuando un director técnico intenta ahuyentar a los padres que apoyan al equipo y también se entrometen y opinan (por la propia pasión que les genera), están subestimando el valor central que tiene el acompañamiento de esos padres a ese hijo durante la aventura deportiva que está encarando.

  • Más arriba -por supuesto- está la inseguridad, que obliga a las familias a encerrarse entre rejas y no salir para que no le roben (con situaciones dramáticas como en los casos en que no pueden ir siquiera a festejar la Navidad con sus familiares, porque esa noche los desvalijan). 

  • También están las políticas de hábitat de los gobiernos, que en lugar de dar un crédito para que cada familia construya donde quiera, lo más cerca posible de los suyos, construyen planes de vivienda en cualquier lugar y le asignan una casa que los extirpa del entorno de sus seres queridos.

  • El debate sobre la educación sexual de los niños y adolescentes en el colegio es otro ejemplo que requiere sintonía fina. ¿Partimos de la base que la educación en la familia es retrógrada, que no se dialoga y no se informa, y que es bueno que un docente o un tercero desde el colegio configure la formación sexual y la información desde el colegio? ¿O son los padres los que deben tener ese protagonismo, incluso capacitándolos a ellos, para que luego transmitan según su marco cultural, religioso o ideológico?

Tengo la impresión de que en los últimos 30 años no hemos cuidado a las familias de Córdoba como corresponde. Las hemos dejado a su suerte. Nos preocupamos de la mujer, del niño, del joven, del anciano como individuos separados, pero no como partes integrantes de una institución capaz de contenerlos y hacerlos crecer como es la familia.


¿De qué "Familia" hablamos?

No me voy a escapar a la pregunta central que debemos hacernos aquí: ¿qué modelo de familia vamos a enseñar desde el jardín de infantes y durante el primario? 

Utilizando todos los conceptos que hemos desarrollado en el libro "El futuro de Córdoba", mi propuesta es que no tomemos ninguna definición. Que haya alternativas distintas y que puedan ser los padres los que elijan a cuál quieren adscribirse y a qué escuela enviar a sus hijos. Luego serán ellos, durante la adolescencia y la juventud, los que decidirán si ratifican o se rebelan contra lo aprendido.

En esta misma línea pregunto también: ¿qué nos conviene a todos como sociedad y por supuesto también al Estado? ¿Que las parejas formalicen su relación en un matrimonio y que -además- sean estables, incluso con el horizonte de que estén juntos “hasta que la muerte los separe”? ¿O a la sociedad y el Estado nos es indiferente que se separen y se divorcien?

Aunque está claro que es un derecho individual de la persona a decidir sobre si quiere estar o seguir estando con su pareja, a la comunidad nos convienen parejas formales y estables. Si es así, entonces también tenemos que promover y proteger el matrimonio como institución, base para que luego exista una familia.

Cuando la relación no se formaliza y cuando una perspectiva de estabilidad -un proyecto de vida en común- no se consolida, las bases de esa familia son precarias. Si se rompen en el camino, eso seguro que repercutirá en los hijos, en el entorno y en la propia pareja con esquirlas hacia la comunidad más cercana. En términos de estabilidad de la dinámica social, es mejor tener familias estables y parejas fuertes.

Insisto en que no estoy hablando de abolir el divorcio ni mucho menos. Solo hablo de cuidar la institución familiar y su núcleo, que es una pareja formalizada en matrimonio. Aquí incluso voy mucho más allá de cualquier convicción religiosa, y desde un punto de vista meramente civil y social. Párrafo aparte merecerán las consideraciones de fe de cada persona o comunidad.


La familia como la institución más eficiente


Más arriba hablamos de dos esfuerzos. Ya reflexionamos sobre el primero, que es cuidar a la familia como institución, si queremos construir un futuro potente para Córdoba. Pero el segundo esfuerzo va más lejos aún: la familia como institución puede convertirse en un centro revolucionario de gestión eficiente de muchos de los desafíos sociales que hoy nos aquejan y que aparentemente no tienen vías de solución. Esta idea la ha defendido con pasión Carmen Álvarez Rivero y tomo de ella la inspiración.

¿Qué podemos hacer con las personas mayores que están solas? Tal vez podamos trabajar soluciones que involucren a la propia familia. Incluso quizás sea mejor pagar a un miembro del núcleo familiar para que los cuide, que llevarlos a un geriátrico (por supuesto siempre que la condición de la persona anciana lo permita). Seguro que lo harán con más cariño y dedicación que un extraño. 

¿Cómo trabajar con las personas con discapacidad? En lugar de inventar mil y un organismos, programas y cosas que no funcionan, tal vez hay que financiar a la propia familia, porque ellos sí saben qué se puede y qué no se puede hacer. Doy estos ejemplos, de muchos otros que podría citar, para que advirtamos la potencia y la mayor eficiencia de gestión de desafíos sociales que hay en el marco de la familia y su entorno.

Y si la familia no tiene que involucrarse con sus propios miembros respecto de problemáticas especiales, sigue siendo una unidad potente y eficiente para gestionar en instancias cercanas. Las familias trabajando con otras familias cercanas de amigos, en los colegios, en los clubes, en los grupos religiosos, en ONG’s, en apoyo escolar o en lugares de ese tipo son incomparables en su energía positiva y labor.

El padre Ricardo Rovira sabe decir: “lo que una madre le diga a su hijo, ese hijo se lo dirá al mundo”, resaltando esto que estamos mencionando y cómo la tarea de una madre, por ejemplo, que -en general- es la líder de la familia, puede irradiar compromiso y acción en el resto de los miembros de ese grupo íntimo.

Agrego este párrafo porque está claro que la madre sería la que mayor potencial y eficiencia tendría, en general, para liderar este tipo de procesos novedosos, si contara con los recursos adecuados.


La familia y el “feminismo”


¿Cómo se llevan estas reflexiones con los movimientos feministas y sobre todo los extremos? Está claro que estamos hablando desde concepciones distintas. Pero - poniendo en práctica el gran valor de la tolerancia- digo que la tarea que ha hecho el feminismo en los últimos años, en ciertos aspectos, ha sido interesante y positiva. No tal vez en intentar que cambiemos las palabras y hablemos con la letra “e” incrustada, porque es una “lucha” que pareciera demasiado semántica en comparación con los desafíos de la realidad. Pero sí en advertir sobre el machismo que puede habitar en muchas familias, con una mujer muy subordinada a ciertas tareas que no tienen por qué ser exclusivas de ellas.

Todos hemos vivido -yo también, en el seno de mi familia- una transformación positiva, un avance respecto de los roles y los preconceptos sobre qué tenía que hacer un varón y qué una mujer; sobre formas de tratar y de condicionar, sobre prejuicios infundados que estaban muy enraizados en nuestra cultura y que se han ido resquebrajando sobre todo por la exigencia de los jóvenes, de la nueva generación. Todo esto ha sido extremadamente positivo.

¿Hacía falta pasearse desnudas por las plazas o hacer caca en la puerta de la catedral, o los excesos que proponen “matar a un macho para terminar con el patriarcado”? Claro que no. Pero tampoco es bueno ser apocalípticos: todos los movimientos sociales -en sus comienzos- se mueven hacia los extremos y luego se moderan y se incorporan a la sociedad con todo lo bueno que pueden dar.


(Extracto del libro “El Futuro de Córdoba” en el capítulo “El futuro de los valores” www.futurodecordoba.ar)

El futuro de Córdoba

Por Sebastián García Díaz
Presidente de Civilitas. Dirigente Pro Córdoba.

 Ver en La Voz


He publicado recientemente un libro con ese título y una visión disruptiva de lo que podemos lograr (se puede acceder gratuitamente desde www.futurodecordoba.ar)

Tesis inicial: vivimos una Córdoba forjada en el pasado. Pero sin suficiente compromiso y acción para proyectarla al futuro.

Tenemos fortalezas naturales y como sociedad. Tres grandes desafíos: potenciarnos como polo del conocimiento, jugar a nivel mundial en procesamiento y exportación de alimentos, y el más desafiante: competir para que las empresas nacionales e internacionales radiquen aquí sus oficinas y directivos.

La condición es independizarnos de los porteños, pero no políticamente, sino mentalmente. Basta de ser los “segundos”, auto justificados por compararnos con otras provincias más precarias. ¡Qué destino mediocre! Más firmeza para reclamar lo que nos corresponde. Pero también más despliegue.

Pongamos foco en lograr una relación más directa e intensa con el mundo. Liderar el comercio exterior y convertirnos en la puerta hacia Santiago de Chile, Asunción, La Paz, Sao Paulo, Montevideo. Basta de depender de Buenos Aires, jaqueada por la marginalidad del conurbano y su vanidosa pretensión de parecerse a Europa.

Nuestros pilares están débiles. La educación en emergencia. Lo social en descomposición por la inseguridad y por la droga. Nuestra economía estancada hace muchos años. Nuestras empresas pymes valientes pero precarias. La universidad nacional de Córdoba que, así como opera, no nos sirve. Libre ingreso sin control con sólo el 20% egresando es una estafa. Esa institución es nuestra -de los cordobeses-. Pero ha sido secuestrada por la política universitaria.

Lo disruptivo del libro es que propone no esperar más nada de la gestión del Estado. Todo lo contrario: aplicar a Córdoba las ideas de la libertad. Desestatizar nuestra sociedad, para liberar la fuerza de la sociedad civil y la iniciativa privada. Privatizar, ajustar, desregular, disminuir impuestos…

Incluso, para revertir la pobreza, sacar al Estado la gestión social y que los recursos pasen a financiar la acción de la propia sociedad. Lo haremos mejor y con más compromiso. Hasta a nivel de educación podemos innovar: un Estado que audite exámenes y titulaciones pero que se retire de la gestión directa de la educación pública. La sociedad lo hará mejor. Es el sano principio de subsidiariedad, aplicado a Córdoba.

Por supuesto: si queremos cooperación social necesitamos una baja rotunda de la percepción de impunidad que hoy nos neutraliza y es el caldo de cultivo de la inseguridad, la favelización de los barrios y el dominio creciente del narcotráfico. Eso significa más delincuentes presos.

El futuro ambiental de Córdoba es todo un capítulo por la falta de cloacas, de reciclado real de la basura, incendios, agua, extinción de los bosques nativos. Deberíamos sentir una profunda vergüenza por lo poco que hemos avanzado.

Si nos vamos a activar, tenemos que repensar la política local. Pero planteamos una esperanza concreta superadora: 500 jóvenes de distintos sectores (política, universidad, justicia, medios de comunicación, empresas y ongs, religiones, cultura y deporte) poniéndose de acuerdo y desplegando una acción coordinada para forjar el futuro que anhelamos. La convocatoria está hecha.

En Córdoba también necesitamos nuestro propio Milei

 Artículo en La Voz del Interior


Por Sebastián García Diaz
Presidente de Civilitas. Dirigente PRO Córdoba

 
Tal vez no nos gustan sus formas. Incluso no tenemos su misma matriz ideológica. Tampoco lo votamos. Pero, cada vez más, advertimos que su cruzada contra los excesos de la política y del Estado es una causa necesaria, justa y urgente. Porque la inflación y la corrupción generada por una dirigencia indolente, nos han devastado.


Córdoba sí lo votó en forma masiva. Pero nuestros políticos y en particular su gobernador y equipo, parecieran no advertir que la motosierra y el mensaje “anti casta” también los interpela fuertemente.

En nuestra provincia no se está haciendo nada por ajustar y reconvertir el Estado. Seguimos pagando la fiesta con altos impuestos, en particular el de Ingresos Brutos, que se lleva más de la mitad de las ganancias finales de cualquier emprendimiento (¿quién tiene una rentabilidad mayor al 10% a fin de año?). De los 1.400 billones de pesos que ingresan a la Provincia como recursos propios, 1.200 los aportamos las empresas, vía ingresos brutos. Seguimos pagando también los servicios más caros como por ejemplo EPEC, mientras los muchachos se la reparten vía BAE.

El gobernador Llaryora se da el gusto con 14 ministerios de nombres y funciones que se superponen y 8 agencias (que escapan al control oficial). Le dedica 27 mil millones de pesos a su publicidad oficial, no corta el gasto en cuestiones superfluas y no encara la transformación de los agujeros negros del Estado cordobés: EPEC, Caminos de las Sierras, Lotería, Banco de Córdoba, Caja de Jubilaciones, Apross, Obra pública, etc. Los mismos fideicomisos que hoy escandalizan a nivel nacional -en la mira de Milei-, siguen “vivitos y coleando” en nuestra provincia.

Los servicios básicos que justifican el Estado Provincial -seguridad, justicia, educación y salud- no arrojan noticias de cambio. Y los ministros ni siquiera nos cuentan qué piensan hacer, a 9 meses de haber triunfado. En pocos días comienzan las clases y el nuevo Ministro de Educación, Horacio Ferreyra, permanece en silencio. ¿Cómo arreglará las más de 500 escuelas deterioradas? ¿Qué nueva política ha diseñado para revertir la decadencia de la escuela pública y la deserción?

El Ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros -más histriónico- no ha convocado aún a la ciudadanía a volver a denunciar de manera simple los miles de robos que sufrimos diariamente. Sin ese “mapa online del delito” ¿Cómo es que planifica algo distinto? En éste el principal punto de dolor de los cordobeses parece que se está improvisando, tratando de lanzar anuncios que calmen la bronca, pero sin avanzar en los cambios sustanciales.

Cuando el gobernador se toma un avión sanitario de la provincia, para ir a pasearse por los medios de Buenos Aires y pelearse con el presidente, en lugar de concentrarse en configurar y anunciar un paquete urgente de medidas de ajuste y transformación del Estado Provincial, está cometiendo un error grueso: ser parte del problema y no de la solución.

Tal vez ha llegado el momento de tener aquí nuestro propio Milei, dispuesto a hacer lo que haya que hacer para desestatizar nuestra sociedad.

Cuando pase el temblor

Artículo en La Voz del Interior

Por Sebastián García Díaz
Presidente de Civilitas.
Dirigente PRO Córdoba/Juntos por el Cambio
 


Ahora vivimos la efervescencia del Balotaje. Pero el día después hay una tarea pendiente en Córdoba: revisar los cimientos de la oposición política que supimos construir, que llamamos “Juntos por el Cambio” y que perdió a lo largo de este año todas las elecciones: la provincial, la municipal y la nacional.

¿Qué estamos haciendo mal, para que en 25 años no hayamos podido ganar nunca desde lo provincial? ¿Qué pasó que de salir primeros en el 2021 salimos terceros en el 2023 en lo nacional?  Creímos haber alcanzado algo único: presentarnos ante la sociedad unidos. Todo indica que no fue suficiente.

Los responsables

Sería sencillo ir por los responsables que dirigieron hasta aquí. En el caso del PRO, hacer foco en la pelea constante entre dirigentes que ha convertido a nuestro partido en una “bolsa de gatos”, con traidores por doquier.

Pero lo que nos sucede es más profundo. Si no lo cambiamos, los que asuman no podrán hacer algo distinto. Hay una forma de hacer política que está caduca. La gente no nos respeta haciendo lo que hacemos y no quiere que los gobernemos. Somos antiguos ¡no somos modernos! No generamos expectativa. El análisis autocrítico debe ser sin anestesia.

Los desafíos

Tres grandes capítulos a revisar. El primero: los partidos políticos ya no sirven de sostén. No tienen la estructura que expresan. Algunos son sellos. Y estos “aparatos” sólo ahuyentan. Si o si tenemos que abrirnos a convocar -incluso hasta perder el control- a gente nueva: nuevos referentes respetados por sí mismos y por su trayectoria -personas con autoridad moral- y sobre todo nuevos ciudadanos que muestren alta dosis de “fuego sagrado”.

Basta de política endogámica: discutir cuántos fiscales tenemos, cuántos actos hicimos y con cuánta gente y quién se subió al palco y habló primero. Si Milei vino sólo una vez a Córdoba y -sin ninguna estructura- salió primero, es un dato demoledor.

El segundo capítulo es más complejo: discutir cómo abordar el voto de los barrios populares y zonas vulnerables sin caer en el clientelismo es el mayor desafío político de la próxima década. No nos escuchan y no quieren escucharnos. Quién y cómo llegar a esa mayoría con necesidades muy básicas y muy insatisfechas es la prioridad. Tendrá que ser algo disruptivo. Milei lo logró haciéndose el loco y tirando ideas polémicas. Tal vez tengamos que esforzarnos mucho más para que nuestras ideas tengan impacto y esperanza. Y no construir sólo desde la crítica. Que despierten sentimientos.

De similar magnitud es el desafío de darles un lugar central a los jóvenes y no marginal como tienen hasta ahora. Si vamos a seguir haciendo como que queremos que participen, pero no le damos margen para que lo hagan, ni para que traigan su agenda, ni sus nuevas formas, terminarán por odiar a la democracia.

¡Empecemos a dar este debate desde el mismo 20 de noviembre a la mañana! Si no, estamos sentenciados a ser oposición por siempre. Y Córdoba seguirá gobernada por “el cordobesismo” sine die. 

Martin Llaryora: a tomar nota

Despejada la incertidumbre del escrutinio provisorio, ya tenemos nuestro próximo gobernador de Córdoba. Lo felicitamos y le deseamos éxito. 

Es importante que tome nota de que casi la misma cantidad de votantes que lo apoyaron, no lo votaron. ¿Qué mensaje buscó dar ese voto opositor? Probablemente no querían que un mismo signo político se perpetúe en el poder provincial por tantos años. En este sentido la nueva conformación de la Legislatura, sin una mayoría automática, así como el control de la oposición del Tribunal de Cuentas, los entusiasme. No los defraudemos con “compras de voluntades”.

También hubo desde estos votantes un rechazo muy fuerte al abuso en la publicidad oficial que se volvió escandaloso. Una crítica al orden de prioridades del gasto púbico que hoy pone demasiado foco en “ornamentaciones”. Y un apoyo a las propuestas y al foco que hizo Juntos por el Cambio en Seguridad, Educación y Salud.

En Seguridad, durante la campaña, Llaryora asumió una serie de compromisos públicos y una convocatoria a luchar contra el narcotráfico. Todos los cordobeses seguiremos con mucha atención el cumplimiento de estas promesas. No sería sensato esperar hasta el 10 de diciembre para tomar medidas. ¡Las tomemos ahora!

¿Qué significa que los barrios de Córdoba donde hay mayor incidencia de universitarios, profesionales, comerciantes y trabajadores autónomos no lo hayan votado mayoritariamente a Llaryora? ¿Qué mensaje ha querido dar la región productiva que desde la capital hacia abajo votó mayoritariamente en su contra?

Sin duda es una fuerte señal de desconfianza hacia el “cordobesismo” que pretende fundar. Hay también un mensaje para los medios de comunicación y para las instituciones que representan a esos sectores. Incluso para las universidades. 

El sector dirigencial de Córdoba, tomando esta categoría en un amplio sentido, no está conforme y siente un malestar con el esquema de “populismo blando” que ha desplegado el intendente durante su gestión. Y desconfía (con razones fundadas) de que Llaryora pueda desarrollar ahora vínculos con el kirchnerismo o con sus derivados como es el massismo. Desconfía también de los estándares éticos y de gestión de la “nueva generación” que según ha dicho el elegido gobernador, ahora se hará cargo de Córdoba. Si fuera él, tomaría nota.

Intuyo que en los próximos cuatro años se librará una verdadera “batalla cultural”. Entre un renovado y potente intento oficial de pintar toda la política y la sociedad cordobesa de un cordobesismo monocolor, que buscará dejar a los críticos y a los opositores off side. Posiblemente esta movida busque allanar el camino para un nuevo eventual salto de Llaryora esta vez hacia lo nacional. 

Del otro lado estará la sociedad civil, sus instituciones, sus medios independientes, sus partidos de oposición y sus dirigentes que deberán demostrar la valentía para controlar, para denunciar, para proponer y para construir la alternancia, con mayor profundidad y seriedad de lo que se hizo ahora. Resistir convertirnos en otra “provincia feudal”.

Desde nuestra institución Civilitas, estaremos -como ciudadanos- con nuestros “Ojos en alerta” para las distorsiones y corrupciones que puedan suscitarse. 


Carta a los cordobeses después de la elección

Córdoba, 5 de Julio de 2023.-

Queridos amigos:

Hoy se conocieron los resultados definitivos, después de un escrutinio provisorio que, como les comenté, fue muy irregular. 

Martín Llaryora ha sido elegido gobernador a quien envío mis felicitaciones y mis deseos de que su gestión sea exitosa. Ponemos a su disposición todos los planes y propuestas que elaboramos. 

No fui elegido legislador provincial por Capital. Lo fue Paulo Cassinerio, a quien también felicito y me pongo a su disposición.

Quiero agradecer al equipo con el que venimos trabajando hace tanto tiempo, en especial a la Senadora Carmen Alvarez Rivero a quien seguiré ayudando en su tarea de representar a Córdoba. 

Pero sobre todo quiero agradecerles a ustedes que me apoyaron, me alentaron, fueron a los eventos, compartieron las propuestas y fueron fiscales el día de la elección. Como ciudadanos que somos todos, hemos hecho una enorme tarea para que esta campaña tuviera una visión y una propuesta para Córdoba muy potente.

Tengo la tranquilidad que di el 100% de mis fuerzas físicas e intelectuales. Y obtuve el apoyo ni más ni menos que de 253.000 cordobeses. Es una gran responsabilidad. Forjé una amistad con Luis Juez y con su equipo que valoro mucho.

¿Cuál es mi futuro político? Mañana que es el día de Córdoba (6 de Julio) cumplo 51 años. Y el destino quiere que siga aportando, como ciudadano de a pie, esta mirada fresca sobre los cambios que tenemos que hacer en Córdoba y en Argentina. Disfruto la independencia que me da este rol.

Seguiré trabajando muy fuerte para que Patricia Bullrich sea la próxima presidente de Argentina. Los invito a comprometerse con este objetivo, de aquí al 13 de Agosto, para que ganemos las PASO y luego la elección general. 

Nuestra candidata a Diputada Nacional, 
Daniela Noguera, es una garantía de compromiso con todas las familias que tienen integrantes con discapacidad y su problemática.

A nivel provincial lo mejor que podemos hacer es estar muy alertas ante posibles distorsiones que se produzcan en el nuevo gobierno de Llayora. Temo que vivamos proceso de corrupción y de concentración de poder, como ocurre cuando dejamos que un mismo gobierno se quede tanto tiempo. En este sentido estaré muy alerta para denunciar las distorsiones. Seré “ojos en alerta” de la corrupción.

En la medida en que la atención de mi familia y mi actividad empresaria me lo permitan, seguiré aportando ideas y proyectos desde CIVILITAS, nuestra ONG que este año cumple 35 años.

Voy a poner especial atención en la reconfiguración del PRO en Córdoba, un partido al que decidimos afiliarnos por invitación de Patricia Bullrich en el 2020, pero que -en esta última elección- mostró miserias y traiciones que no son aceptables. Hace falta una renovación completa, si en verdad queremos representar el cambio.

Dios dirá si estos propósitos se cumplan. Lo importante es que uno haga su parte con la convicción de que, finalmente, él decide.

Un abrazo!
Sebastián García Díaz

¿Cuál es el plan de gobierno de Luis Juez para Córdoba?


Mi experiencia personal en este proceso de armado del Plan de Gobierno

Aquí un resumen general.   

Aquí un Diagnóstico:  

El Plan de Seguridad

El Plan social

El Plan de educación

El Plan de Salud

El Plan de Desarrollo Económico


Presentación del Plan de gobierno y de la propuesta "Ojos en Alerta" en el Quality


Aquí el resumen de mi participación en ese evento